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Cristiano bombardea desde el cielo

Los centros de Di María y las irrupciones de Cristiano acaban por destrozar a un Osasuna que sólo resistió media hora

El Madrid encontró por la vía aérea el modo de desarticular la defensa de Osasuna, que resistió hasta que Cristiano y Pepe empezaron a conectar centros con cabezazos. No encontraron respuesta los defensas visitantes para cerrar el cielo sobre su área chica y del mediodía brillante cayó una lluvia de goles. Un castigo tremendo para Osasuna, que no pudo aguantar más de media hora generando dificultades verdaderas a su oponente.

El desayuno reciente, el sol en la cara, las sombras errantes, las palomas picoteando entre la hierba, fueron una novedad para los jugadores del Madrid. Había unas cuantas cosas que no encajaban en sus costumbres de competición y, ya se sabe, los futbolistas son criaturas susceptibles a cualquier alteración ambiental. Les llevó un tiempo meterse al partido. Pasaron 20 minutos en los que Andrés Fernández no tuvo trabajo más que para sacar en largo, con fuerza, dividiendo la pelota en el campo contrario. Allí, cerca del círculo central, esperaron Pepe y Sergio Ramos haciendo viseras con las manos para protegerse de la luz del mediodía. Durante un rato, el juego discurrió por esa franja del medio campo en la que ambos equipos resolvieron coincidir para disputarse la pelota. Se achicaron los espacios y entre las interrupciones, los pases desajustados y la falta de atención, la hinchada debió tener la impresión de encontrarse ante una mañana poco prometedora.

MADRID, 7 - OSASUNA, 1

Real Madrid: Casillas; Arbeloa, Pepe, Ramos, Coentrâo; Xabi, Khedira (Sahin, m. 66) , Di Maria (Benzema, m.48), Özil (Callejón, m. 66) Cristiano, Higuaín. No utilizados: Adán; Albiol, Lass y Varane.

Osasuna: Andrés; Damiá, Lolo, M.Flaño, Satrústegui; Puñal (Rubén, m. 73), Nekounam, Raúl García; Ibrahima, Nino (M. Pérez, 58), Calleja (Timor, m. 85). No utilizados: Riesgo; Anunciatta, Lekic y Omwu.

Goles: 1-0. M.22, Cristiano. 1-1. M. 30, Ibrahima. 2-1. M. 33, Pepe. 3-1. M. 39, Higuaín. 4-1. M. 54, Cristiano. 5-1. M. 57, Cristiano. 6-1. M. 62, Benzema. M. 80. 7-1, Benzema.

Árbitro: Álvarez Izquierdo. Expulsó a Satrústegui por doble amarilla. Amonestó a Puñal.

Estadio: Santiago Bernabéu. 83.000 espectadores

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Ante la duda los contendientes recurrieron al pase largo para desahogar. Xabi Alonso sostuvo la presión bien alta, impidiendo que Osasuna tuviera continuidad cuando recuperaba, y procurando que su equipo encontrara mediante el toque espacios descubiertos para llegar al disparo. Özil, ausente en esos instantes, no le acompañó en la tarea. Cristiano e Higuaín buscaron entre las bandas y los carriles centrales un hueco por el que desmarcarse, pero sin éxito. Lolo y Damiá hicieron bien las coberturas. Ambos equipos se contrarrestaron. Pero no por mucho tiempo. Un jugador, que saltó a la cancha haciendo esfuerzos notablemente más grandes que el resto, cambiaría el destino del partido. Fue Di María.

Sus compañeros todavía no se habían sacudido la somnolencia por completo cuando Di María ya hostigaba a Satrústegui en la esquina más sombría del Bernabéu. El argentino no le dio tregua al lateral de Osasuna, que se fue exasperando hasta acabar amonestado y luego, en la segunda parte, expulsado. Cuando Satrústegui tuvo el balón, Di María se lo robó. Cuando la posesión cambió de color, lo encaró, lo desbordó, y empezó a tirar centros. Fue un descubrimiento. Se acercaba el encuentro a la media hora cuando Di María armó la zurda y centró al medio del área. La defensa de Osasuna, hasta el momento tan difícil de abordar, pareció expuesta ante el vuelo de Cristiano. El hombre se elevó en vertical, le sacó medio metro a los centrales, y conectó con la pelota con maestría. No sólo cabeceó. Colocó. Evitó al portero. Fue un buen gol, pero sobre todo resultó un hallazgo muy útil para el Madrid. Los chicos, que hasta ese momento habían explorado sin brújula, encontraron el método: centros a la olla.

Osasuna sólo se reanimó ante una situación excepcional. El episodio se inició con un pisotón de Raúl García a Pepe en el medio del campo. Pepe debió ser retirado a la banda, donde le curaron la abrasión en el tobillo. Mientras Mourinho pedía al árbitro que admitiera el reingreso del central, Osasuna provocó una falta al borde del área de Casillas. Estaban los madridistas discutiendo con el árbitro y se olvidaron de vigilar el balón. Osasuna no pidió barrera y sacó en pleno alboroto. Ibra recibió, se acomodó, y fusiló a Casillas.

El empate fue producto de un descuido del Madrid, pero enfureció a Pepe, que debió sentirse víctima de la indiferencia del árbitro. Lo primero que hizo cuando recibió la pelota fue arrancar y trasladar hacia la portería contraria. Galopó 30 metros. Como una locomotora. Sólo lo paró el desdichado Satrústegui, metiéndole la pierna y ganándose la amarilla que le condenó, tanto a él como a su equipo, a sufrir una paliza descomunal.

El empuje del Madrid puso a Osasuna en dificultades. Otra vez desde la banda derecha, a la salida de una falta lateral, Di María colgó un balón al segundo palo. En plan vengador, Pepe estiró el cuello y bajó la frente para mandar la pelota en un ángulo. La defensa no encontró la manera de combatir al poderío aéreo de los jugadores locales, que volvieron a ponerse en ventaja. En este punto, Xabi Alonso y Sergio Ramos, hasta el momento los constructores de las jugadas, recibieron una buena noticia: la reaparición de Özil. El media punta empezó a pedirla, a librarse de su timidez inicial, a llegar a tiempo. El tercer gol del Madrid se inició en una internada suya por la izquierda. Burló a Damiá, pasó para Di María, y otra vez el extremo hizo el penúltimo toque, con el exterior sobre la entrada de Lolo. Recibió Higuaín, que recortó y le pegó con rosca a la escuadra.

Di María no pudo sumar su undécimo pase de gol esta temporada porque sufrió una lesión muscular y debió ser sustituido. Lo reemplazó Benzema. Mientras abandonaba el campo en camilla, la afición lo despidió con una ovación cerrada, reconocimiento a su gran labor. El cuarto gol del Madrid fue la conclusión de su primer contragolpe, y la conclusión fue el desmantelamiento total de Osasuna. Satrústegui le hizo penalti a Özil y Cristiano ejecutó con calma. El defensa navarro fue castigado con la expulsión y su equipo, en inferioridad, ya no consiguió responder al fusilamiento.

Özil se asoció a Arbeloa para crear las condiciones del quinto gol. Centró el lateral y Cristiano volvió a despegar. Doblegó a Lolo por arriba, con clase y sutileza. Manejó la cabeza como si fuera una mano de voleibolista para desviar la pelota al palo contrario y se apuntó el triplete. Las compuertas se abrieron. Coentrão se sumó a la carga con un caño a Damià en la raya de fondo, un centro y otro gol. Benzema controló con la derecha y remató con la zurda, completamente solo en el segundo palo, el lugar donde tradicionalmente incursionan los 'nueves'. Ningún marcador rojillo se dio por enterado.

El Madrid tuvo más del 70% de la posesión. El dato revela un cambio radical en el modo de gestionar los partidos de este equipo, cada vez más capaz de divertir a su público y de divertirse a sí mismo. La aventura de esta jornada celebrada a plena luz acabó con un séptimo gol madridista. Robó Arbeloa a unos metros del área de Osasuna y su pase vertical fue procesado en gol por Benzema. No hubo control. Solo un giro, un movimiento entre los centrales, y un punterazo.

Mourinho hizo debutar a Sahin, que disputó sus primeros minutos con la camiseta blanca. Lo hizo en compañía de Xabi Alonso, exhibiendo que en su pierna zurda se contienen recursos valiosos. El Madrid, que cada día juega mejor, encontrará en este jugador un punto de apoyo imprescindible para darle a su fútbol un toque más de calidad.

El portugués ha ofrecido al Bernabéu antes del partido la Bota de Oro que le acredita como máximo goleador de las Ligas europeas la temporada pasada.
El portugués ha ofrecido al Bernabéu antes del partido la Bota de Oro que le acredita como máximo goleador de las Ligas europeas la temporada pasada.ALBERTO MARTÍN (EFE)
Los centros de Di María y las irrupciones de Cristiano acaban por destrozar a un Osasuna que sólo resistió media hora. <strong><a href="http://www.elpais.com/buscar/liga-bbva/videos">Vídeos de la Liga BBVA</a></strong>

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