Van Persie, el nuevo rey del Arsenal
Encumbrado tras su exhibición en Stamford Bridge, el delantero hereda el liderazgo de Cesc y suma 12 goles en 14 partidos en la 'Premier', 33 en 37 encuentros desde el inicio de 2011
No falla. 10 goles en 10 encuentros de la Premier. Los registros de Robin Van Persie (Rotterdam, Holanda; 1983) en este curso son tan abrumadores que hasta a su técnico, Arsène Wenger, le cuesta negar la trascendencia del holandés en su equipo, el Arsenal, que zarandeó al Chelsea en Stamford Bridge (3-5) con un triplete de su capitán. "Es cierto, está en racha", se limitó a argumentar el alsaciano, que el pasado verano temió por la salida del ariete tras la desbandada de hombres capitales como Nasri, Clichy y, sobre todo, Cesc, su piedra angular. "No solo se trata de mí, hay que ver el equipo...", insinuó entonces el tulipán, hastiado de no alzar títulos y alimentando más esos rumores, hasta el punto de que puso en venta su casa de Londres. Pero una reunión con Wenger y el brazalete heredado de Fàbregas le hicieron recular. "La casa estuvo en venta, pero no vivo en la calle. He encontrado otra más bonita... y ¡sí! en Londres", resolvió.
Mucho más entonado desde que Juan Ferrando -el preparador físico que contrató Cesc el año pasado- se hiciese cargo de sus tobillos, el 11 ha dado un paso al frente y se ha echado el equipo a sus hombros. "Tiene muchísima clase. Sus movimientos son muy inteligentes y su precisión para definir es excepcional", señalaba Wenger poco después de tumbar a los blues. No le falta razón al técnico. En este ejercicio, su pupilo está rubricando unos números excepcionales que han reflotado a los gunners, inmersos en una profunda crisis al comienzo del campeonato y que ahora vuelven a mirar a Europa gracias a la pólvora de su artillero, su gran referencia, goleador centenario en el club londinense tras los dos que anotó contra el Bolton hace poco más de un mes. Sus cifras no engañan: suma 12 goles en 14 partidos, 33 en 37 encuentros desde que arrancase 2011, 28 de ellos en la Premier. "El vestuario le respeta por lo que lo ha logrado dentro del campo. Ha pasado de ser un chico emocionalmente impulsivo a la persona que es hoy en día", expone Wenger, que ya ha desechado ponerle de extremo, como defendía cuando lo reclutó del Feyenoord.
Figura del Arsenal, Van Persie goza ahora de mucha más libertad sobre el tapete e irrumpe como un relámpago. Ha abandonado la línea de cal y barre todo el frente de ataque como falso 9. Encara el arco con garantías o asiste a sus compañeros, que también sacan partido a su juego de espaldas. Sin ataduras, sus números y su protagonismo se han disparado. Ya rescató a los suyos con un doblete ante el Sunderland, que amagaba con llevarse el triunfo del Emirates. Repitió actuación frente al Stoke, al que endosó dos tantos tras salir desde el banquillo, cuando solo llevaba 25 minutos sobre el césped. Y, estalló en Stamford Bridge, donde su pegada (cuatro remates, tres dianas) volvió a ser providencial para los gunners, que se articulan en torno al toque de corneta del holandés, su nuevo líder y cuya aportación también se hace notar en Europa, donde marcó en la previa de la Champions ante el Udinese y en la fase de grupos frente al Borussia Dortmund.
Muy lejos queda ya su intermitencia sobre el terreno de juego, algunos episodios turbios fuera de él -en el Feyenoord se enfrentó con el técnico Bert Van Marwijk y fue arrestado por un presunto caso de violación-, y también su fragilidad física. "Tiene mucho talento, pero no le sirve de mucho: siempre está lesionado", llegó a aseverar el célebre expreparador Terry Venables. Este año, ha disputado 811 minutos en la Liga y solo se ha perdido 89 por decisión técnica. Es el máximo realizador del Arsenal con una renta amplía sobre sus dos perseguidores, Walcott y Gervinho, con dos goles. Y el Arsenal, su hogar desde hace ocho años, ya ha entronizado a su nuevo rey, un futbolista plástico, criado en un conflictivo barrio de Rotterdam, hijo de dos artistas. Como él.
Una celebración con polémica
En Inglaterra, algunos quisieron ver un saludo nazi en la celebración del segundo gol de Van Persie. Nada más marcar, el jugador recorrió el fondo ocupado por los hinchas del Arsenal y extendió el brazo en un par de ocasiones. Un día después, vía Twitter, el jugador lo negó de forma tajante. "Las acusaciones son ridículas, es absurdo sugerir esto. Me cepillé el hombro y me dirigí a mis seguidores como muestra de alegría. Es insultante", señaló el holandés, cuya esposa es musulmana.
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