"Hemos demostrado que podemos ganar con la posesión"

Xabi Alonso salió del vestuario entusiasmado porque, por fin, después de muchos meses, había tenido la sensación de tener la pelota a discreción. "Hoy (por ayer) ha sido un partido más de control", dijo. "Más de tener la posesión y la paciencia. Se trataba de llegar a portería con más calma y lo hemos conseguido. Es una buena señal porque hemos demostrado que lo podemos hacer, que podemos ganar también así".

El Madrid intentó 741 pases frente al Lyon (logró 631) y tuvo el balón un 63% del tiempo de acción. Para los estándares del equipo que dirige José Mourinho la estadística supuso un salto gigantesco. Contabilizando la jornada de ayer, la media del Madrid en Champions es de 52% de posesión y 656 pases intentados por encuentro. En Liga los números se desploman: la media ha sido de 585 pases por partido, y eso incluye a rivales que se encuentran entre los más modestos de España. Esos adversarios, el Rayo Vallecano, el Racing de Santander, el Betis o el Levante, han generado más problemas al Madrid que los equipos de la competición con más prestigio del mundo.

"Imaginé a un Madrid que monopolizaría el balón y que nos obligaría a recular", dijo Remi Garde, el entrenador del Olympique. "Lo que no imaginé fue que presionaran tan arriba para recuperarlo. Nos ha faltado calidad para salir jugando en esas condiciones". Garde hizo cálculos: pensó que si planteaba el partido como lo hicieron el Levante y el Racing encontraría petróleo en alguna parte. El técnico del Lyon acumuló nueve hombres en dos líneas bien apretadas frente a su portería y se dedicó a esperar. El plan no funcionó. No funcionó porque Ramos y Pepe avanzaron hasta pisar el campo contrario y, aprovechando el espacio concedido por el rival, junto con sus compañeros empezaron a tocar con paciencia. Nunca en toda la temporada el Madrid tocó más el balón.

Mourinho también dijo que visualizó la situación antes de que se produjera: "Intento siempre imaginar el partido. Hoy me esperaba un Lyon bajo defensivamente, con las líneas muy retrasadas, con muy poco espacio entre líneas, con muy poco espacio entre su zaga y la portería, y era importante poner en la alineación un perfil de jugador técnicamente hábil, ágil, rápido con balón, jugando en combinaciones e intentando penetrar en los espacios de jugadores. Y ha sido así hasta el 2-0, cuando el partido prácticamente se ha acabado".

La consecuencia de esta reflexión fue que Higuaín y Kaká fueron al banquillo. Quizá porque Mourinho pensó que Kaká, con su zancada larga, resultaría menos útil en espacios cortos que Özil; y que Benzema, con su capacidad asociativa, sería más necesario que Higuaín para moverse entre la muchedumbre de marcadores franceses.

A Xabi le preguntan por Khedira, que ayer marcó su primer gol desde el Mundial de Sudáfrica, y por su pareja ideal en el medio centro: "No es cuestión de encontrar la pareja, sino de que nos complementemos los que jugamos. Lo he hecho con Lass, con Khedira, con Coentrado. El Pirata (por Granero) también está allí para cuando lo considere del míster".

Di María abundó en la idea de que el Madrid había enriquecido sus argumentos: "El Lyon nos esperó muy encerrado atrás y lo sabíamos, sabíamos que había que tener la posesión. La pelota siempre la hemos tenido nosotros. Ha habido tres cambios respecto al partido contra el Betis y ni se ha notado. Juegue quien juegue da igual, no cambia la dinámica del equipo, por eso el míster está rotando".

Mourinho puso en duda la continuidad de Ramos como central: "Nosotros sólo tenemos dos laterales derechos, que son Ramos y Arbeloa, mientras que centrales tenemos cuatro. Por eso no puedo decir que vaya a jugar mucho como central porque la plantilla ha sido construida de otro modo. Pero ya sabemos que puede jugar muy bien en esa posición. Me gusta mucho".