Apuesta por la identidad
Con 16 jugadores y un técnico de la casa en su plantilla, Las Palmas exprime más que nadie su vivero ante su delicada situación económica
La isla de Gran Canaria apenas abarca 1.560 kilómetros cuadrados y no supera los 845.000 habitantes. Entre los más jóvenes, casi nunca falta la música; tampoco una pelota de fútbol; y, salvo rara excepción, una camiseta de la Unión Deportiva Las Palmas en el armario. "Somos poquita cosa, sí, pero nos gusta ser de aquí", señala, con voz orgullosa, el técnico del equipo, Juan Manuel Rodríguez, que atesora una plantilla de 28 futbolistas de los que 16 son oriundos de Las Palmas y se han pulido en la cantera; "hay que tener fe en este proyecto. Yo, personalmente, aun teniendo todo el dinero del mundo, apostaría siempre por jugadores criados en casa". No le está saliendo mal la apuesta al preparador, que tras asestar un mazazo al Celta en Balaídos y encaramarse al octavo puesto de la tabla recibe al Elche (sábado, 18.30). "Si un entrenador mirara solo sus aspiraciones, no se metería en un fregao de este tipo, pero no hay nada más bonito que jugar con chicos de la tierra y el presidente es consciente del riesgo", matiza Rodríguez, con un denotado acento canario.
Enfrascado en una crisis económica furibunda, que le condujo en 2004 a ser el primer club español en acogerse a la Ley Concursal y a rozar la desaparición hace siete años, Las Palmas, un histórico de Primera, lucha contra un crédito a pagar hasta 2027. Obligados a tirar del vivero, desde los despachos sacan pecho. "Desde hace seis años, nunca habíamos dedicado tanto porcentaje del presupuesto a la cantera", indica el director general, Patricio Viñayo; "la apuesta es austera, firme, pero además nos permite equilibrar las cuentas y que el club avance". "No creo que se repitan los errores del pasado. Los últimos años vino gente de fuera y las cosas no salieron bien", apostilla el zaguero Vicente Gómez, también nacido en la isla. "El Athletic hace lo mismo y sigue en Primera. La diferencia es que Las Palmas es un club vendedor, pero siempre seguirán saliendo chicos. Hay que dejarles madurar", defiende Guayre, una de las joyas de la cantera, hasta el año pasado en el equipo, y por cuyo traspaso al Villarreal el club se embolsó cerca de seis millones de euros en 2001.
Como él lo hacía en su día, muchos niños de la isla miran con ojos golosos al primer equipo. "Lo importante es fijar una meta, mostrar la puerta a los chavales", argumenta Viñayo. Sin embargo, la tarea, con telarañas perennes en las arcas, es harto complicada. "Apenas tenemos medios para los críos", afirma Rodríguez; "hay veces que coinciden hasta tres equipos entrenando en un mismo campo y grupos que tienen que desplazarse 50 kilómetros para poder entrenar". No pierden la sonrisa muchos de ellos, que destilan un juego alegre, festivo, con sello propio. "Al canario le gusta divertirse en el campo. Es fútbol sala sobre césped. Estamos intentando reconducir esa anarquía poco a poco. Pero, ¡eh! Que no falte nunca", sostiene el técnico, al que se le hace un nudo en la garganta cada vez que Viera y Vitolo se enredan de forma circense, entre virguería y virguería, dentro del área rival; "a veces se te queda cara de bobo". "Cuando lo bordan, lo bordan, pero cuando no...Te desesperas", bromea el dirigente.
Pese a todos, los registros realizadores son buenos y, casi siempre, llevan la marca de la casa. De los 10 goles que acumula Las Palmas, ocho tienen el sello de futbolistas de la cantera: Viera (3), Vitolo (2), Vicente Gómez (2) y Ruymán (1); tan solo las dianas de Portillo y Javi Guerrero son foráneas. "Nadie se gana el puesto por el currículo. Mira lo que le está costando entrar a Porti en el equipo...", recuerda Viñayo. Un equipo que cuenta solo con cinco jugadores extranjeros (Barbosa, Herner y Quiroga -argentinos-; Pignol -francés-; y Guerra -colombiano-). Algo extraordinario hoy día. Un hecho que desde el club se contempla como una consecuencia lógica: "Debe haber siempre una fuerza identitaria. El semillero es lo primero".
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.