El Mundial espera sentencia
Casey Stoner, en Moto GP, y Nico Terol, en 125cc, llegan a Australia con opciones de conquistar el título
Uno dice que solo piensa en ganar el domingo, como siempre. El otro que trata de desviar cuantos pensamientos mundialistas se le asoman por la mente porque sigue pensando carrera a carrera. Son Casey Stoner y Nico Terol, que el domingo pueden convertirse en campeones del mundo de MotoGP y 125cc, respectivamente. Lo harán, eso sí, si sus rivales, Jorge Lorenzo y Johann Zarco, se lo permiten. La carambola debe darse para que las celebraciones por el título no se retrasen una semana más, si bien, en el peor de los casos lo más probable es que tanto el australiano como el valenciano dejen la fría Phillip Island como campeones virtuales de sus respectivas categorías. A falta de las últimas tres pruebas del calendario, el Mundial espera sentencia.
Asegura Stoner que cada año espera ansioso su llegada a Phillip Island, un circuito en el que ha ganado en los últimos cuatro años, con la Ducati, mientras que el año de su debut en MotoGP fue sexto. El domingo celebrará su 26 cumpleaños subido a su Honda y quién sabe si con su segundo título de MotoGP como regalo. "Mis oportunidades este fin de semana son muy pocas, casi ninguna. Jorge tendría que terminar cuarto o peor y yo debería ganar la carrera. Para mí, en realidad, lo más importante es ganar la prueba, quiero ganarla, como también quería ganar el último fin de semana en Japón", señala. Será la primera vez que lo intente con una Honda y parece empeñado en conseguirlo, aunque esté jugándose la corona, la segunda de su palmarés. "Creo que la moto puede trabajar muy bien aquí. Con suerte daremos con la puesta a punto ideal y nos irá muy bien", añade.
Confía en hacer lo mismo su compañero de equipo, Dani Pedrosa, que guarda recuerdos amargos y otros dulces sobre este circuito, en el que se rompió los dos tobillos recién ganado el título de 125cc en el 2003, pero donde también se proclamó campeón del mundo de 250cc en 2005, y a donde regresó el año pasado tras otra grave lesión de clavícula con la intención de volver a subirse a la moto, sin éxito: tuvo que rehacer las maletas y volver a casa, el dolor era insoportable. Hoy, apunta, no mira atrás, ni para bien ni para mal, muchos lo dieron como el favorito a apuntarse el título este curso, pero otra sucesión de lesiones le impidió, al menos, intentarlo: "He tenido muchos accidentes antes y sé que tienes que mirar hacia delante y seguir andando; ni miro atrás ni pienso en lo que podría haber sido porque eso me estaría matando", dijo, sentado a la derecha de Marco Simoncelli, aquel con quien chocó un maldito domingo en el circuito de Le Mans.
Terol, por su parte, parece tan tranquilo como siempre. "Estoy listo para luchar a tope hasta el final". Pero no piensa en el título, no conscientemente: "Quedan muchos puntos en juego y mi planteamiento, de ir carrera a carrera, no cambia. Se me pasan algunos pensamientos por la cabeza, pero como no depende de mí, no le doy vueltas", añade. Pero como la parroquia insiste -"Julito (Simón) y Álvaro (Baustista) ganaron sus títulos de 125cc con el equipo Aspar en este circuito", le recuerdan-, él cede: "Esto es muy bonito. Y una motivación pensar que hay algo ahí cerca esperándome". Terol, con 31 puntos de ventaja sobre el Johann Zarco, ganador de la última carrera, necesitaría 19 puntos más que su rival para llegar a Malasia con 50 puntos de ventaja y como vencedor del título, el último de 125cc, algo que no se estima muy probable visto el rendimiento del francés este curso: su peor resultado fue un sexto en Qatar, y otro en Cataluña, tras ser penalizado, por cierto, cuando se había apuntado la victoria con lo que se entendió una maniobra demasiado fea: un codazo al futuro campeón.
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