Muñecas de escayola
Amaya Valdemoro se fractura las dos articulaciones de sus manos en el primer partido de la Euroliga del Rivas Ecópolis y estará en torno a tres meses de baja
Era el estreno del Rivas Ecópolis en la Euroliga femenina de baloncesto ante el Gospic croata. Agonizaba el primer cuarto en el pabellón del Cerro del Telégrafo y, en una jugada embarullada sin mucho premio en juego, Amaya Valdemoro protagonizaba una fea caída que la llevaba directamente a la enfermería. Las mismas muñecas que la han encumbrado como la mejor jugadora del baloncesto español, se estrellaban violentamente contra el parquet devolviéndola a su particular calvario de lesiones.
El parte médico confirmó una fractura en cada una de sus muñecas. En la derecha se trata de una fractura limpia del radio, que le obligará a llevar una escayola durante cuatro semanas, mientras que en la izquierda sufre también una fractura de radio con leve desplazamiento, que requerirá seis semanas de inmovilización. El tiempo estimado de recuperación será de unos dos meses, y cuando le retiren las escayolas se le colocará una férula para que pueda retomar el ejercicio físico y poder reaparecer en un plazo aproximado de tres meses. Lo de menos fue la derrota del conjunto de Rivas Vaciamadrid (69-74), la preocupación de todos era el estado de la escolta internacional.
Era el cuarto partido que jugaba Valdemoro esta temporada tras reintegrarse al grupo una vez recuperada de la lesión que arrastraba desde el pasado Europeo. Entonces, unos problemas musculares apenas la permitieron ayudar a la selección en el primer encuentro del torneo disputado en Polonia y España quedó eliminada de la lucha por las medallas y sin opciones de acudir a los Juegos. La cita de Londres habría sido la tercera experiencia olímpica para Amaya que, a los 35 años y tras más de 20 de carrera, presume del mejor currículum y palmarés del baloncesto femenino español. Ha jugado en Brasil, en Estados Unidos, en Rusia y en España y tiene tres anillos de la WNBA, ocho Ligas y nueve Copas entre todos sus equipos. Una hoja de servicios forjada a base de superación.
Llegó in extremis a los Juegos de Atenas en 2004 -donde España fue sexta- tras superar un problema en el sóleo de la pierna izquierda. Y se sumó a la convocatoria para el Mundial de 2010 en la República Checa tras una titánica recuperación de una compleja lesión de gemelo que la tuvo varios meses apartada de las pistas y la llevó incluso a plantearse la retirada. El esfuerzo mereció la pena y Valdemoro lideró a la selección española hasta la conquista de una histórica medalla de bronce. Su quinto metal con España.
Su espíritu competitivo y su capacidad de superación ya la tienen pensando en la reaparición. Como los toreros tras una grave cogida y tras una noche "difícil y con fortísimos dolores", Amaya ha dejado a los aficionados un mensaje optimista en la web del Rivas Ecópolis. "Tengo muchas ganas de recuperarme y de que pase esto cuanto antes. Quiero olvidar pronto esta mala racha, volver a jugar y volver a sentirme bien sobre una pista de baloncesto", ha contado.
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