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Reportaje:

Ulloa arma el rifle

El ariete del Almería, que permaneció 15 partidos sin marcar, recobra la puntería en Segunda con cuatro goles en cinco partidos

El pasado curso, la pericia y la resolución que exhibía Leonardo Ulloa (General Roca, Argentina; 1986) cada vez que encaraba el marco contrario mantuvo con vida al Almería hasta la vigésima jornada, cuando el ariete, de planta espigada y tez zaina, marcó sus dos últimos goles en Primera ante Osasuna. Sin embargo, desde aquella fructífera tarde el argentino entró en barrena, su rifle se quedó sin balas y su equipo se diluyó hasta certificar el descenso de categoría. "Esa racha se extendió demasiado", admite el futbolista, instantes después de entrenarse y darse una ducha; "coincidió con el bajón del equipo y el cambio de entrenador. Con Oltra tuve continuidad, pero con Olabe todo cambió. Según él, no tenía sitio en su sistema... Por suerte, ahora sí". Y es que el conjunto andaluz, actual líder y que esta noche afronta un exigente duelo frente al Valladolid (20.00, Canal+), vive aferrado a la pólvora de su delantero, que en el presente ejercicio ya acumula cuatro dianas en los cinco primeros compromisos.

"El míster me ha dado chance", apunta Ulloa; "al principio estábamos tres atacantes y parece que he terminado de convencerle, pero lo importante es el grupo". Este verano, cuando el técnico Lucas Alcaraz tomó las riendas del Almería, el futuro del argentino estaba en el aire. Su rendimiento en la recta final del campeonato y la necesidad de hacer caja invitaron a los responsables de la entidad a sopesar su salida, pero al final retrocedieron por expreso deseo del preparador, al que unos pocos partidos preparatorios bastaron para convencerle. "A día de hoy, tendría que llegar una propuesta muy importante para que yo saliese de aquí", señala el ariete. "Es nuestra referencia ofensiva", defiende el entrenador, que percibe en el poderío físico y los centímetros del jugador (mide 1,86) un yacimiento de oro para la estrategia de su equipo; "nos aporta muchísimos recursos: juego de espaldas, pegada y mucho peligro a balón parado".

Un hecho que quedó patente en la última cita, frente al Recreativo en el Nuevo Colombino, cuando Ulloa dibujó un soberbio testarazo para sellar los tres puntos. "No hay ningún jugador imprescindible, aunque ahora, por fortuna y con mucho trabajo, están volviendo a salirme las cosas", explica Ulloa, que rubricó el empate contra el Córdoba y también encontró la red ante el Girona y el Elche, al margen del Recre. Un registro magnífico, que se añade a los siete goles cosechados la campaña anterior -a los que se unieron seis más en la Copa- y los 30 que acumuló durante sus dos temporadas en el Castellón (15 cada una de ellas), equipo que le abrió las puertas al fútbol español. "El objetivo mínimo es batir esa cifra porque significaría que el equipo funciona y que estará arriba", señala el argentino, máximo artillero rojiblanco y segundo de la categoría tras Joselu.

Forjado en las en las categorías inferiores del Deportivo Roca, de su ciudad natal, ferviente hincha del River Plate y devoto del fútbol preciosista de Enzo Francescoli, el estilete del Almería es una de las claves de su equipo, que cuenta por victorias sus últimos cuatro envites y que aterriza invicto en su duelo contra el Valladolid. "No tiene grandes nombres, pero forman un bloque muy compacto, muy dinámico. Si no somos el equipo rocoso de siempre lo pasaremos mal", apunta Ulloa, que después de algunos devaneos y unos meses de sequía, quince jornadas sin oler el gol, vuelve a tener la portería entre ceja y ceja. "Confío en mí al cien por cien. ¿Si le marcaré al Valladolid? La respuesta es sí. Un sí rotundo", zanja entre risas el delantero, con su rifle armado de nuevo.

El delantero del Almería Leonardo Ulloa.
El delantero del Almería Leonardo Ulloa.AFLOSPORT

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