El equipo de barrio que retó al gigante
Tres generaciones de rayistas recuerdan los antecedentes entre el Madrid y el club de Vallecas, que vuelven a enfrentarse tras ocho años
Enrique Fernández Francisco tiene 61 años, trabaja en un despacho de asesoramiento fiscal y fue el primer jugador del Rayo que marcó un gol al Madrid, el 30 de octubre de 1977. "Fue una jugada de Landáburu por la izquierda, centró, yo me adelanté a los defensas y marqué a García Remón de vaselina", relata Francisco, su nombre de futbolista; "una satisfacción como esa, de las que solo da el fútbol, viene a la mente constantemente, no consigues sustituirla ni taparla con nada a lo largo de tu vida". Era el Rayo que fue rebautizado matagigantes, el primero que pisó los campos de Primera y que doblegó en su campo a equipos de la talla del Atlético, el Barcelona, el Valencia o el Sevilla. Y del Madrid; ese partido, el primer choque entre los blancos y el club de Vallecas, terminó 3-2 para los franjirrojos. "Éramos un equipo de barrio y ganamos a los campeones al primer intento. Había 12 de la plantilla que, como yo, jugábamos y a la vez estudiábamos en la Universidad. Por esa victoria nos dieron una prima de 50.000 pesetas". Esta noche, ocho años después de la última vez, los dos conjuntos de Madrid se vuelven a enfrentar, en el Santiago Bernabéu (20.00, C+ Liga, Gol TV).
En el feudo madridista, Francisco vivió dos temporadas más tarde la mayor derrota del Rayo ante los blancos, un 7-0. Se trataba del Madrid de Del Bosque, Pirri, Camacho y Santillana, que aquella tarde marcó dos goles. "Eran los mismos que derrotamos en Vallecas, pero en el Bernabéu era otra historia. Me acuerdo que salíamos media hora antes para calentar y te sentías las piernas agarrotadas. Empezabas el partido mermado solo por el estrés", rememora el delantero. Un miedo escénico que no sufrió el Rayo en enero de 1996, cuando expugnó Chamartín (1-2), por primera y única vez en la historia del club vallecano. "Fue una noche especial, Vallecas estuvo de fiesta una semana entera", cuenta Marcos Alonso, a la sazón entrenador franjirrojo; "marcó dos goles el brasileño Guilherme, un delantero de una calidad tremenda, como los demás que tenía aquella temporada, Aquino y Onésimo". Este último vivió el histórico triunfo desde la grada, -estaba sancionado- pero tiene un recuerdo muy vivo de aquella noche. "Representábamos una barriada popular, humilde, íntegra y esa noche ganamos con estos valores", relata el exentrenador del Valladolid.
Aquel Madrid que perdió el único de los 12 enfrentamientos contra el Rayo en el Bernabéu vivía un año de transición. Butragueño se había despedido la temporada anterior y aquella noche ningún representante de la quinta del Buitre formaba el once inicial; Sanchís estaba sentado en el banquillo y Míchel entraría a los 10 minutos por Amavisca, lesionado. Valdano, que sería destituido aquella misma noche tras la derrota, había convertido en titular inamovible a Raúl González con solo 18 años. Jesús Diego Cota, el jugador que más partidos ha disputado con la camiseta del Rayo, 411, y que desarrolló toda su vida deportiva en Vallecas, recuerda así ese triunfo histórico: "Fue algo apoteósico. Ganar en el Bernabéu era algo prohibido, un lugar que no existía en el mapa del Rayo". Excepto la victoria de 1977, Cota estuvo en todos los otros triunfos, tres, del Rayo ante los blancos y jugó 12 de los 24 antecedentes. "Me he enfrentado a muchos Madrid, pero el que más imponía fue sin duda el de la Quinta", aclara el exlateral derecho, que hoy regenta un restaurante en el estadio del Rayo; "Butragueño, Martín Vázquez, Buyo, Hierro. Era mejor que el de hoy". Cota puede presumir de haberle derrotado, en 1992 en Vallecas (2-0 con goles de Pedro Riesco y Polster). "Todas las victorias ante el Madrid son inolvidables. Sabías que detrás de ti hay un barrio de personas humildes, trabajadoras y que con ganar un duelo tan importante les ayuda a olvidarse de los problemas cotidianos durante una semana", resume Cota.
Otro símbolo del Rayo, Míchel -máximo goleador histórico del club con 54 goles y cuatro ascensos como franjirrojo, tres a Primera- nunca vivió en el campo esa sensación de la que habla Cota. "Me topé con el Madrid de los galácticos, el que ganó dos Copas de Europa. Todas las estrellas que había en el mundo del fútbol estaban delante de ti: Zidane, el hombre con más clase al que he visto tocar un balón, Ronaldo, el más desequilibrante...", cuenta el interior zurdo. En su último paso por la Primera División, el más largo de la historia del Rayo (1999-2003), Míchel y su equipo solo consiguieron arañar un empate (0-0 en el Bernabéu en 2000) frente a siete derrotas. "Siempre fue un duelo desigual, pero para la gente de Vallecas esto es lo que convierte el partido ante el Madrid en una cita especial", asegura Míchel. Esta noche el Rayo intentará otra vez sobreponerse a las diferencias históricas, económicas y futbolísticas que hay entre los dos clubes. "Los rayistas tienen que soltarse, jugar sin presión, pensar que lo de que no se puede ganar en el Bernabéu, ya lo borramos nosotros", es el consejo de Cota; "Michu o Tamudo pueden convertirse en el Guilherme de esta generación".
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