Pandiani derriba la muralla
Los de Pochettino se imponen al Getafe con un tanto del uruguayo en el tiempo de descuento
Cuando un partido se decide en el último minuto con un gol que desmerece las intervenciones de un portero pueden extraerse varias conclusiones: la primera que hay un equipo que ha dominado y por tanto ha acosado a su rival y por otro que la puntería de sus lanzadores no está del todo en su sitio. Lo primero sucedió solo en la segunda parte y lo segundo durante todo el partido. Pandiani terminaría derribando la muralla levantada por Moyá y otorgando una victoria necesaria para reactivar a un equipo que se mueve en sintonía con las taquicardias.
Que el Espanyol trota al ritmo que marca Verdú lo sabe bien su técnico Mauricio Pochettino, por eso no dudo en alinearlo a pesar de no haberse entrenado durante la semana por una lesión en el cuádriceps de su pierna derecha. En torno a él gira todo el juego de su equipo, lo que destapa en ocasiones las carencias del bloque cuando quien establece el rumbo lo hace con una brújula a medio cargar. Sin embargo, el sistema necesita de la presencia de Verdú, aunque esté pero solo se le vea de vez en cuando. Por delante del medio catalán se movieron Thievy, Sergio García y Baena, intercambiando constantemente la posición en busca de un recado que no llegaba.
ESPANYOL, 1-GETAFE, 0
ESPANYOL: Christian Alvarez; Galán, Amat, Héctor Moreno, Didac Vilá; Javi Márquez (Pandiani, min. 76), Baena; Thievy (Rui Fonte, min. 86), Verdú, Sergio Garcia; Alvaro Vázquez (Weiss, min. 58).
GETAFE: Moyá; Valera, Lopo, Cata Díaz, Masilela (Miguel Torres, min.31); Casquero, Rubén Pérez, Lacen; Abdel, Miku (Dani Güiza, min. 80), Pedro Ríos (Diego Castro, min. 64).
GOL: 1-0: Pandiani, min. 91.
ÁRBITRO: Undiano Mallenco (Colegio Navarro). Amonestó a Héctor Moreno (min. 17), Thievy (min. 36), Weiss (min. 76) y a Sergio Garcia (min. 93) por parte del Espanyol; y a Rubén Pérez (min. 39) por parte del Getafe.
ESTADIO: Cornellá-El Prat.
No tiene el Getafe a una némesis, alguien del que dependa para dirigir la situación. El trabajo se lo reparten entre Casquero, Lacen y Rubén Pérez, lo que amplía el abanico de posibilidades y merma la capacidad de sorpresa. A falta de que Pedro León recuerde a su reciente antepasado, el Getafe trabaja organizado a la espera de un clic que desatasque el partido.
El mal sabor de boca de la derrota in extremis del Espanyol frente al Zaragoza obligaba que obliga al conjunto blanquiazul a dar un paso al frente si pretendía ahuyentar los últimos fantasmas. Si en la primera parte apenas un remate de Álvaro Vázquez sirvió para sacar de su sitio a Moyá, que tras el descanso apenas tuvo tiempo de abrocharse los guantes. Una jugada de Thievy culminaría con una buena parada del portero visitante que veía como el joven delantero superaba una y otra vez a Miguel Torres. Tras la marcha de Osvaldo, la responsabilidad goleadora ha recaído en jugadores como el francés.
El ritmo de la segunda mitad subió de revoluciones para el Espanyol, más cómodo en estas circunstancias que encontró en Weiss un nuevo filón. Sin embargo, la arritmia repentina moría una y otra vez en las manos de Moyá. Hasta cinco remates y una vaselina kilométrica de Verdú, quien si no, sacó el getafense para agonía local. El conjunto azulón por su parte, decidió sacar todo su fondo de armario con un Diego Castro, aun pendiente de recuperar la forma, y un Güiza peleado de momento con el gol. No varió el esquema, ni el resultado. Trabado por las faltas el Getafe no conseguía acercarse en superioridad al área de Cristian Álvarez. Con una defensa sin marcas y con olor a nuevo, el Espanyol sufrió en el inicio y se asentó en el tramo final, cuando remató su partido con el gol del oportuno Pandiani.
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