Tony Martin destrona a Cancellara

Visto el trazado prácticamente llano del mundial de fondo en carretera -el domingo en Copenhague: Freire buscará, un año más, su cuarto arcoíris-, y dado que se prevé un sprint masivo por la victoria, algún periodista, con sabio escepticismo, ya ha proclamado: ¿es que podemos perder el sueño por un Mundial en el que Cavendish es uno de los favoritos? Es lo que tiene la capital danesa, donde las montañas no abundan, lo que, por otro lado, no fue obstáculo para que la prueba contrarreloj, disputada esta tarde (dos vueltas a un circuito de 23,2 kilómetros con visita al Tivoli), fuera cuádruplemente magnífica.

Magnífico fue su desarrollo, especialmente el duelo entre los dos mejores de los últimos años, Fabian Cancellara y Tony Martin; magnífico fue el resultado final, con la victoria de Martin; magnífico fue el podio, que premió a tres corredores que no se quedan en meros especialistas contrarreloj, que lo son, bravos rodadores capaces de mover con fuerza, agilidad y clase grandes desarrollos, montañas de vatios, sino que son también ciclistas completos, capaces de brillar durante toda la temporada: Martin ganó su primera carrera esta temporada en febrero, la Vuelta al Algarve; en el historial de Cancellara, tercero esta tarde, pesan más incluso que sus cuatro títulos mundiales y uno olímpico contrarreloj, sus triunfos en la París-Roubaix y en la Vuelta a Flandes, y su trabajo de gregario en el Tour. Y Bradley Wiggins, segundo hoy, el jamón del sándwich, además de un gran pistard, se considera a sí mismo un aspirante importante al podio en las grandes vueltas. Y magnífica fue la media del ganador en un circuito que, plano y sin apenas curvas peligrosas, un día gris pero sin lluvia ni viento, era propicio a ello: 51,813 kilómetros por hora, la más alta de la historia de una competición inventada en 1994 y en cuyo historial figuran, entre otros, Indurain y Olano. Y no magnífica, pero sí esperanzadora, fue la actuación de Jonathan Castroviejo, el joven español, debutante, que terminó 11º.

Como en la contrarreloj de Salamanca de la Vuelta, como en la de Grenoble en el Tour, Martin aventajó a Cancellara en más de un minuto, 1m 20s exactamente. El suizo, quien la víspera, haciendo un paréntesis en la preocupación por su futuro tras la absorción de su equipo, el Leopard, por el RadioShack, dijo que una prueba de un día es diferente, que no influía como en Vuelta y Tour el trabajo realizado los días anteriores, se mantuvo permanentemente en segunda posición. Perdió la plata finalmente por puro inconformismo: pese a tener prácticamente imposible la victoria, arriesgó al máximo en la última curva cerrada, se fue contra la valla y perdió una docena de segundos: Wiggins le aventajó finalmente por cinco.

Nacido en Cottbus hace 26 años, Martin, como Jan Ullrich antes que él, es un gran talento surgido de la inagotable escuela de la República Democrática Alemana. Ganó esta temporada en marzo la París-Niza, en abril la Vuelta al País Vasco, en junio la contrarreloj de la Dauphiné Libéré (el mismo sufrió su única grave derrota contrarreloj: quedó segundo en el campeonato de Alemania tras Bert Grabsch, hoy cuarto), y en julio lanzó los sprints a Cavendish en el Tour.

También hoy se reunió en Copenhague el Comité Director de la Unión Ciclista Internacional (UCI), que, aparte de confirmar a Ponferrada (León) como sede del Mundial de 2014, asignó, tras la retirada de Mascate, el de 2015 a la ciudad de Richmond (Virginia, Estados Unidos). Su candidatura está promovida por la empresa Shadetree Sports, los antiguos organizadores de la Vuelta a Irlanda: su fundador y cabeza visible es Darach McQuaid, hermano del presidente de la UCI.