Toque escocés, repliegue europeo
El exjugador del Celtic Marc Crosas disecciona al rival del Atlético (21.05. Cuatro), que tiene dos versiones bien diferenciadas
Hay una coletilla en la Escocia futbolera que suele cumplirse, por más que irrite a los aficionados del Rangers. "El fútbol lo ponemos nosotros", defienden the Hoops, que es como comúnmente se conocen a los seguidores del Celtic. Pero el axioma, en un país que ya está por detrás de Chipre en el ranking FIFA, se difumina en Europa. Por eso hay dos versiones bien diferenciadas del rival del Atlético. Una, la doméstica, pasa por absorber el cuero y jugarlo con detenimiento, sin prisas por confeccionar el ataque; la otra, exigido porque el rival es más fuerte en lo técnico, pasa por el repliegue defensivo, por un ataque menos reflexivo. "Aunque Neil Lennon [entrenador del Celtic] persigue el buen trato del balón", replica Marc Crosas, jugador del Volga y exfutbolista del Celtic desde 2008 hasta el invierno pasado; "la calidad del Atlético le hará jugar más abrigado". Por eso, no sería de extrañar que cambiara su escocés 4-2-2 al europeo 4-5-1, con Samaras como extremo izquierdo, como punta ocasional. Crosas disecciona cada línea de un equipo que llega a Europa de rebote; le ganó el Sion en la fase previa, pero fue eliminado por alineación indebida.
La portería. El guardameta Forster regresa por segundo año consecutivo a Celtic Park cedido por el Newcastle, toda vez que los Urracas no contaban con él como opción para la titularidad. Lo celebran los hinchas. "Eso es porque encontraron en Forster a un portero bien tímido, pero que acabó el curso pasado como una voz autorizada en el campo, asentado", argumenta Crosas, que no escatima en elogios: "Va muy bien por alto y no chirría en el uno contra uno. Tiene nivel Premier". Le falla, sin embargo, el juego con los pies. "Pero esto no es el Barça", apostilla; "aquí el portero no participa tanto".
La defensa. Condicionada la línea por la sanción de Majstorovic -cometió un penalti ante el Sion nada más empezar el partido -, el central Loovens parece predestinado a liderar la zaga. "Loovy sale de una lesión, pero es un crack", argumenta Crosas; "por arriba es un seguro, es expeditivo, fuerte, experimentado porque ya jugó ganó la final de la UEFA con el Feyenoord [en 2001 ante el Dortmund] y falla muy poco. Uno de esos centrales con los que no te gustaría medirte".
Con las ideas claras, la zaga persigue sacar siempre el balón jugado, pero no se complica si el rival le presenta embrollos. "Frente al Atlético, además, jugarán replegaditos, un poco retrasados y bien juntitos", anticipa Crosas. La línea la podrían completar Matthews -"un lateral que lo ponían por las nubes, que decían que era el futuro de Gales", cuenta- y los Wilson, Mark -un lateral derecho que actuará en la izquierda- y Kelvin, que ha llegado nuevo este curso.
La media. "Es el punto fuerte del equipo", desvela Crosas; "porque hay variedad y recursos, y no se precipitan con el balón en los pies". Ayuda, en cualquier caso, que el bloque es más o menos el mismo que en los dos últimos cursos, que el técnico no ha cambiado su idea de juego.
La baja de Scott Brown, sin embargo, es capital para el Celtic, que pierde al pulmón y a la voz -capitán- del equipo. "Corre 90 minutos y lo haría otros 300 si hiciese falta. Se come el césped", resalta. Pero está Kayal, el israelí, un futbolista total. "Es un jugador muy agresivo y trabajador, pero es de lo más convincente con el balón, con criterio para repartirlo. Y tiene, además, buen desplazamiento en largo", enumera. El ingenio, la magia, corre por parte Sung-Yueng, futbolista que juega siempre con una muñequera adornada con la bandera surcoreana, la de su país. "Maneja el balón, maneja el balón", concede Crosas. Aunque hay un futbolista que, a falta de confirmarse, le encandila por su fútbol efervescente. "Forrest, el extremo derecho", aclara; "ha salido de la cantera del Celtic y ya fue convocado para el último partido de Escocia. Es muy habilidoso y, por compararlo, no es tan eléctrico como McGeady pero sí más habilidoso". Como volante en la izquierda estará Ledley, "que no desentona con la línea, que se junta con el resto y puede jugar el balón sin prisas". Tener esa pausa, ese punto de reflexión, sin embargo, parece complicado ante el Atlético de Manzano, equipo que roba el balón y que prefiere jugar en campo ajeno.
En la izquierda, de interior cuando se defiende y descolgado como extremo o punta en la versión ofensiva, estará el griego Samaras, futbolista extremadamente competitivo en los duelos de alta alcurnia, pero extrañamente desaparecido en los encuentros menos trascendentes. "Es un fenómeno", le defiende Crosas; "a los del Rangers, por ejemplo, les tiene comida la moral. Tiene todo para triunfar en el fútbol". El Atlético, es una prueba a su medida.
Delantera. Con el 4-5-1, el equipo trata de romper desde la segunda línea, con la llegada del volante o con los centros desde los costados y las incorporaciones del extremo opuesto al segundo palo. "El Celtic ataca", interviene Crosas. Así se vio en el duelo ante el Sion, cuando, con un menos por la expulsión de Majstorovic, dominó el balón, por más que se le resistieran las ocasiones. Sin Samaras en la lanza de ataque, será Hooper el encargado de poner el remate al juego colectivo. "Es un delantero que no tiene mucha pinta de futbolista porque a primera vista parece fortachón", resalta Crosas; "pero cuando le ves sobre el tapete se te borran las dudas. Realiza uno movimientos estupendo, es muy dinámico y engatilla desde cualquier parte". Toda una exigencia para el equipo en el Calderón.
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