Se acabaron los sinsabores de Florian
El ariete del Sabadell, líder de Segunda, ha marcado dos goles tras sufrir impagos, lesiones y descensos antes de llegar a la categoría
El fútbol no había sido muy generoso con Florian Taulemesse (Bagnols-sur-Cèze, Francia; 1986) hasta ahora. El ariete del Sabadell ha conocido casi todos los sinsabores del deporte antes de debutar en Segunda esta temporada: lesiones, impagos, falta de confianza de los entrenadores, descensos de categoría... Pero esta campaña parece que el balón le sonríe, como compensándole todo lo que le ha hecho pasar. En verano, fichó por el club catalán, recién ascendido a Segunda, procedente del Orihuela, y ya se ha convertido en una de las piezas clave del equipo en su brillante inicio de temporada: el equipo ha ganado los tres partidos que ha jugado, es colíder de la categoría junto al Elche y suma nueve goles, más que nadie. Dos de ellos -también Aarón y Olmo han repetido en el cuadro arlequinado- corren por cuenta de Florian. Dos dianas, además, que valieron el triunfo ante el Villarreal B. El sábado, en la victoria frente al Cartagena (3-2), volvió a ser uno de los jugadores más incisivos, pero, en esta ocasión, se le resistió el gol.
"Es muy potente, muy rápido y ahora, encima, está acertado con el gol. Es muy trabajador y ayuda muchísimo defensivamente", explica Ian Mackay, portero del Sabadell y amigo de Florian, en una conversación telefónica. El propio ariete suele señalar cada vez que tiene ocasión que la entrega es una de sus mayores virtudes. "No prometo goles, solo trabajo", aclaró en su presentación como jugador del Sabadell. "No soy Messi. Yo no cojo el balón, encaro, regateo a todos y marco. Simplemente, doy lo mejor de mí", explicaba en una entrevista en 2008, cuando jugaba en el Mulhouse, de la Cuarta División francesa. En ese club se convirtió en una referencia y no extrañó su salto, de dos categorías, al Gueugnon. "Dejo muchos amigos en mi antiguo club, pero no podía dejar pasar la oportunidad de convertirme en profesional. Es mi sueño desde la infancia", dijo entonces. En el Gueugnon marcó cinco goles en 16 partidos. Luego, llegó un nuevo entrenador y dejó de jugar. "Él siempre dice que no lo estaba haciendo mal, que no entiende por qué no confió en él. Por eso, se vino a España", aclara Mackay. Se fue al Terrassa, de 2ªB.
"Florian asegura que el fútbol francés no está mal, pero que quizá no es tan profesional como este", puntualiza Mackay. En cualquier caso, su estreno en España no fue el que se esperaba, puesto que no cobró y abandonó el equipo a mitad de temporada. Se fue entonces al Moratalla, también de 2ªB, que acabó bajando a Tercera al final de la temporada. Sus goles, sin embargo, -marcó nueve entre los dos equipos en los que jugó ese año- le permitieron seguir en 2ªB en las filas del Orihuela, donde la temporada pasada consiguió 12 tantos. Suficientes para que el Sabadell, que le había visto desempeñarse en los playoffs de ascenso con el equipo alicantino, confiara en él como referente en el ataque en su vuelta a Segunda.
Florian disfruta al fin en el equipo catalán del fútbol y, además, está a gusto en el vestuario. "Hay muy buen ambiente. Dentro de la plantilla no hay grupitos. Pero Florian, Arteaga, Aarón y yo nos llevamos particularmente bien", explica Mackay. "Es muy buen compañero. Ahora, que estoy lesionado [en la rodilla derecha y estará tres meses de baja], se ha portado muy bien conmigo, me está apoyando mucho", continúa el guardameta. Florian también sabe lo que es pasarlo mal. Aunque por fin sonría.
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