La nueva vida de Vicente
El extremo zurdo valenciano ficha por el Brighton, de la Segunda inglesa, donde será dirigido por Poyet
Vicente Rodríguez (Valencia, 1981) está feliz de marcharse a Inglaterra e iniciar una nueva vida, jugar al fútbol y olvidarse de los malos momentos. Esa es la premisa. El lunes comienza los entrenamientos con el Brighton, club de la Segunda División inglesa, líder hasta ahora de esta Championship, que le da dado esa oportunidad. Lo convenció la labia de su entrenador, el uruguayo Gustavo Poyet, exdelantero del Zaragoza y del Chelsea, cuando le prometió que iba a volver a sentirse futbolista. No es que no lo fuera en los últimos años (disputó 98 partidos en tres años con el Valencia), pero siempre bajo la sospecha de que ya volvería a ser el que fue: mejor jugador español en 2004, campeón de Liga y de la Copa de la UEFA, 38 veces internacional. Viajará con su pareja y su hija a esta ciudad costera del sur de Inglaterra, a 70 kilómetros del aeropuerto londinense de Gatwick, con vuelo directo desde Valencia. Ha firmado por dos años.
El extremo izquierdo se muere de ganas de volver a tocar un balón. Después de que el Valencia decidiera no renovarlo, Vicente se pasó el verano esperando, luciendo musculatura en la piscina de la urbanización en la que vive, en Valencia, corriendo y haciendo pesas a las órdenes de un preparador físico particular, Juan Torrijos. Llegaron ofertas suculentas, como una de Arabia Saudí, pero no le convencieron. Quería algo que excitara su espíritu futbolero. Le hablaron de un histórico de Inglaterra, el Brighton, fundado en 1901 y finalista de la Copa en 1986, derrotado por el Manchester United. Un club entrenado en su día por el legendario Brian Clough, por más que por allí pasara con más pena que gloria, en la temporada 1974-75, procedente del Derby County y antes de fichar por el Leeds en sustitución de Don Revie, nombrado nuevo seleccionador de Inglaterra.
Por un lado, Vicente podrá volver a sentirse una estrella a poco que el físico le acompañe: le sobra calidad para ocupar cualquier posición del centro del campo hacia adelante. Y, por otro, se sentirá mucho menos observado que en cualquier otro equipo de la Liga española o incluso de la Primera División inglesa. Con la comprensión de un técnico que habla su mismo idioma, un aspecto importante para un chico poco hábil en la comunicación. El dinero no ha sido un obstáculo, a pesar de que venía de cobrar en Mestalla casi dos millones netos por temporada. El Brighton le ofrece mucho menos, pero, según la tradición británica, le pagará semanalmente y, según el rendimiento, el salario podrá hasta multiplicarse. Vicente inicia una nueva vida en el sur de Inglaterra.
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