Otra cesión de Keirrison
El jugador, propiedad todavía del Barça, se marcha al Cruzeiro, su sexto club en seis años
Poco queda ya de la figura victoriosa de K9, el artillero que endosaba goles como rosquillas en la Liga brasileña y por el que el Barça abonó 14 millones de euros al Palmeiras en 2009. A día de hoy, solo dos años después de que desembarcase en el Camp Nou como un ariete muy prometedor, Keirrison (Dourados, Brasil; 1988) se ha convertido en un verdadero quebradero de cabeza para el equipo azulgrana, que intenta buscarle acomodo y no encuentra un comprador para el brasileño, descartado desde el principio por el técnico Pep Guardiola y que después de una rocambolesca operación abandonará el Santos, equipo en el que estaba cedido, para recalar, también cedido, en el Cruzeiro, que confía en recuperar a un jugador que en 2008 se proclamó máximo realizador del brasileirao.
Apartado de la gira veraniega del Barça por Estados Unidos, Keirrison se ejercitaba con el filial azulgrana a la espera de que se solventase una situación que se prolonga desde que diese el salto a Europa. Desde entonces, no ha disputado ni un solo partido con el equipo dirigido por Guardiola, que intentó foguearle primero en el Benfica, en el que la presencia de atacantes como Cardozo o Nuno Gomes le cerraron a cal y canto las puertas del equipo. Solo media temporada duró el jugador en Portugal, donde acumuló cinco partidos y 188 minutos en su expediente. Pareció enderezar su rumbo en Italia, en el Fiorentina, con el que firmó dos dianas en 10 encuentros e incluso jugó algunos minutos en un duelo de la Champions frente al Bayern. Solo fue un espejismo. El club italiano prescindió de él (pese a que había acordado una cesión de dos años con el Barça) y el delantero encontró refugio en el Santos.
Allí, en Brasil, su aportación volvió a ser de nuevo testimonial: seis partidos, un gol y 293 minutos sobre la cancha. Un registro insuficiente a todas luces para un jugador al que en su día algunos le colocaban el 9 de la canarinha a la espalda, que embelesó a la hinchada con su remate y al que se rifaban las marcas publicitarias, pero que a sus 22 años no termina de despegar. Consciente de ello, cansado de esperarle, el Santos se ha ofrecido de puente para facilitar su cesión al Cruzeiro, su última estación. Su sexto club en seis años. Ahora, a Keirrison le quedan dos años de contrato con el Barça.
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