A la segunda va la vencida
Sergio Álvarez regresa al primer equipo del Sporting, después de que le descendieran al filial a mitad del curso anterior
"Cualquier consideración sobre Sergio tiene que empezar por su cabeza", asegura Javier Vidales, coordinador de las categorías inferiores del Sporting y entrenador del filial la pasada temporada. Allí, en el B, fue donde acogió a Sergio Álvarez (Avilés; 1992) después de que el centrocampista se viera obligado a regresar al filial tras haber comenzado la campaña en el primer equipo. Pero la irrupción de otro canterano, Nacho Cases, y de André Castro, procedente del Oporto, le quitaron el sitio. Fue entonces cuando Álvarez -el segundo jugador más joven en la historia en debutar con el Sporting en Primera, a los 18 años- mostró una madurez desacostumbrada para su edad, aceptando ese paso atrás.
"Lo llevé medio bien", admite el mediocentro, que en este curso ya lucirá ficha del primer equipo. "Cuesta un poco asimilar que estás arriba y luego tener que volver abajo. Pero ahora tengo otra oportunidad que no quiero desperdiciar", explica. "Es muy maduro, sabe lo que cuesta el sueño que quiere y las dificultades que hay. Aunque venía de Primera, se implicó del todo. Sabe que está en edad de formación y que aún tiene que mejorar", remata Vidales.
El mismo equilibrio que el técnico destaca en la cabeza de Álvarez, lo encuentra en el terreno de juego: "Es un centrocampista polivalente. Tiene creación y trabajo, mucho recorrido y sirve tanto para hacer de referencia como para llegar desde atrás". Lo que no le impide reclamarle más atrevimiento una vez se acerca al área: "Ha de tomar seguridad en su tiro de media distancia, para ser capaz de aprovechar su llegada, porque la capacidad la tiene, como demuestra en los entrenamientos. Como en su día hizo Xavi, al que alguien le convenció de que podía hacerlo". Un diagnóstico que comparte el jugador: "Yo no me considero ofensivo o defensivo, sino las dos cosas. De cara a puerta lo que ocurre es que tal vez en los partidos quiera asegurar más y por eso mire primero el pase y a veces no me decida por tirar". Un desperdicio, ya que justo por su capacidad goleador fue por lo que el Real Madrid se llegó a interesar por él de joven. "Fue siendo juvenil, que le marqué un gol al Castilla y un ojeador luego vino a verme a un partido. Pero nada más", recuerda quitándole importancia Álvarez, que prefiere las metas pequeñas, pegadas al suelo: "Me gustan los objetivos a corto plazo. De momento, jugar todos los minutos que pueda".
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