A Terol le deja tirado su Aprilia

Había tenido un fin de semana perfecto. Había sido el más veloz en todos los entrenamientos en seco. Hizo una salida brillante, tomó la delantera a la primera curva, se divirtió con unos cuantos adelantamientos a Johann Zarco, con quien ha tenido sus más y sus menos esta temporada desde que el francés tratara de ganarle en la recta de meta con un nada discreto codazo para sacarlo de la pista. Nico Terol, el líder de 125cc, el ganador de cinco de las nueve carreras que ha disputado (se perdió una por lesión), rodaba en cabeza, con Zarco y Sandro Cortese pegados a sus talones, cuando su moto se rompió. La Aprilia del piloto del equipo Aspar que tantas alegrías le ha dado este año le dejó tirado en el momento menos oportuno por un supuesto fallo electrónico.

Fue al inicio de la novena vuelta cuando el alcoyano empezó a ralentizar su marcha, se apartó a la zona interior del trazado y se subió por los pianos; no puso, no podía, oposición alguna cuando empezó a ver que el francés y el alemán pasaban como una exhalación por su lado; dio saltos sobre el sillín de su moto verde pistacho y se sirvió de su pierna izquierda para empujarla por si esta fuera capaz de espabilar. Pero no había nada que hacer. Instantes después aparcaba su Aprilia junto a las protecciones, maldecía su mala suerte, y enfilaba el camino hacia su taller. Fin de la carrera.

No para Zarco y Cortese, que empezaron a soñar con su primera victoria en la categoría. Y pelearon por ella hasta la última curva de la última vuelta. Ambos se encargaron de marcar las diferencias con un segundo grupo al que cada vez se unían más aspirantes para subir al podio hasta que los dejaron a más de ocho segundos. De modo que había dos batallas, la del primer puesto y la del tercer escalón. La primera la ganó Cortese, contra todo pronóstico. Adelantó al francés a falta de dos vueltas para el final, lo hizo cuando aquel si giraba para comprobar por dónde le venía la amenaza, pero ya era demasiado tarde. El alemán resistió como un jabato los envites de su rival, que lo intentó por última vez a escasos metros de la línea de meta: hizo un amago, cerró la puerta Cortese, volvió a apretar Zarco, y se topó con la rueda trasera del otro. Con el susto se le quitaron las ganas de seguir apretando. Se conformó con el segundo puesto, y ya van tres consecutivos. Mientras Cortese no podía creerse la victoria.

Tras ellos, después de disputarse el tercer puesto los habituales, es decir, Faubel, Viñales o Gadea, se postularon también Alberto Moncayo o Miguel Oliveira. Fue una batalla preciosa. Y con final, de nuevo, inesperado. Uno de los últimos en sumarse a la fiesta, el andaluz Moncayo, ganó la posición a Faubel en la misma línea de meta. Es su primer podio. Y le supo a gloria. Todo lo que no conoció Terol en Brno, que ve como sus rivales se le echan encima. Zarco, por ejemplo, está a solo 12 puntos. Él, sin embargo, piensa ya en Indianapolis, una pista en la que ya sabe lo que es ganar y que espera ansioso.