La vanguardia china
Ye Shiwen, de 15 años, gana el primer oro para su país en los 200 estilos con 2m 8,90s, mejor marca de siempre con bañador textil
Históricamente la natación ha representado con más o menos fidelidad el balance geopolítico de poderes en el mundo. La piscina de Shanghai no es una excepción. La señal de cambio viene precedida por la actuación de una adolescente china de 15 años llamada Ye Shiwen. Esta muchacha emergió en los últimos 25 metros de los 200 estilos para dar un zarpazo de dimensiones planetarias y colgarse el primer oro de China en natación en línea. Su marca encerró un récord oficioso: el de la primera mujer en bajar de 2,9 minutos con un bañador textil.
La carrera transcurrió según el guión previsto hasta los 150 metros. Ye Shiwen pasó quinta por el último viraje, tras el parcial de braza, y nadó el crol en la estela que dejaban las grandes favoritas. Las dos estadounidenses, Caitlin Leverenz y Ariana Kukors, y las australianas Stephanie Rice y Alicia Coutts. Todas mayores, todas más altas que la china, y todas con un palmarés envidiable. Salvo Leverenz, que tiene 20 años, las demás eran chicas curtidas. Rice fue triple campeona en los Juegos de Pekín, Coutts fue oro en el relevo olímpico de 4x100 estilos, y Ariana Kukors batió el récord mundial de 200 estilos en los Mundiales de 2009.
"Quedarme atrás en los primeros 150 metros me puso muy nerviosa", dijo Ye Shiwen tras salir del agua. "Pero me dije a mí misma que debía dar lo mejor en la última piscina. Mi viraje fue bueno. Antes no sabía dar la vuelta pero he entrenado mucho este aspecto. Por un momento pensé que no podría coger a las que iban líderes. Así es que no ahorré más energía y di todo lo que tenía".
Alicia Coutts y Ariana Kukors iban distraídas en su duelo personal, por las calles cuatro y cinco. Tan seguras de que la carrera se decidiría entre ellas que descuidaron la calle tres, a su izquierda. Por allí pasó la china como si un motor la impulsara con una fuerza añadida. Cuando tocó la placa hubo un momento de desconcierto. Incluso Ye Shiwen dio la impresión de no comprender lo que acababa de hacer. Permaneció en la piscina mirando el marcador con cara de póker. Su tiempo había sido de 2m08,90s. La mejor marca de la temporada. El mejor tiempo jamás logrado con un bañador textil. El récord de Kukors en 2009, 2m6,15s, data de la época en que todavía estaban permitidos los bañadores de goma.
Nacida en la ciudad de Hangzhou, una de los más bellos enclaves urbanos de la China oriental, Ye Shiwen comenzó a nadar a los seis años cuando un profesor de gimnasia descubrió el gran tamaño de sus manos. Este año, Ye Shiwen había conseguido la cuarta mejor marca en el ránking de la FINA. La precedían Kukors, Rice y Coutts. "Pensé en el oro al comenzar la carrera, pero no me metí demasiada presión", dijo ella, que, tras la ceremonia de entrega de medallas, saludó al público luciendo un flequillo toscamente recortado. Parecía avergonzada del oro que relucía entre sus dedos de pianista.
Ahora China tiene una medalla de oro en natación en línea (lo mimo que Estados Unidos), una de plata (Sun Yang en los 400 libres masculinos) y otra de bronce (Lu Ying en los 100 mariposa femeninos).
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