Tres Ducati para Rossi, otras tres para Hayden
La fábrica italiana da a probar las dos versiones de este 2011 a sus dos pilotos en busca de una mejora que no llega
Ni una, ni dos: tres. Tres Ducati para Valentino Rossi. Y otras tres para Nicky Hayden. Perdidos como andan en la fabrica italiana tanto los técnicos como los pilotos, Ducati ha decidido tirar la casa por la ventana. Después de arriesgarse con una moto totalmente nueva para Rossi, hecha en plena campaña, en solo dos meses, y a imagen y semejanza del modelo de 1000cc para el 2012, aunque con un motor de 800cc, la casa de Borgo Panigale ha decidido recuperar también su versión antigua, la que todavía llevaba Hayden. De este modo, Ducati vuelca en Laguna Seca toda su artillería: tres motos disponibles para cada uno de sus pilotos. El norteamericano tiene, por vez primera, una moto de la versión nueva a la que han llamado GP11.1, además de las dos GP11 con las que empezó el campeonato. El de Tavullia dispone de sus dos motos nuevas, más una GP11, que ayer decidió no utilizar y que seguramente no montará en todo el fin de semana, a diferencia de su compañero.
Ducati quiere comparar en la misma pista y con las mismas condiciones ambas versiones, algo de lo que se encargará Hayden. Tras un inicio de temporada más que discreto de Rossi, la fábrica italiana llegó a la conclusión de que con la primera no eran suficientemente competitivos. Sin embargo, no ganaron con el cambio: con la segunda, pese a solucionar algunos de los problemas más serios -fundamentalmente la falta de tracción atrás-, seguían siendo lentos. El problema persistente sigue siendo la falta de confianza con el tren delantero. "No existe la moto absoluta. En cuatro años hicimos una moto para Stoner, una moto diferente, más agresiva en su comportamiento y también distinta en el reparto de pesos. Estamos empezando a adaptar a la moto a Rossi", explica Gabriele Conti, telemétrico de Rossi, que antes lo fue del australiano, el único hasta ahora capaz de ganar con esta moto.
El mayor inconveniente al que se enfrenta Rossi (cuyo mejor resultado fue un tercero en Le Mans), es que prueba más cosas que nadie para tratar de encontrar su Ducati, con la que se encuentre cómodo. "Cuando tu lo tienes todo a punto puedes centrarte solo en pilotar, que es lo que hacen el resto de pilotos de Ducati. Vale tiene que probar muchas cosas para llegar a un buen nivel y poder hacer la diferencia. Con la decisión de cambiar la moto es como si estuviéramos otra vez en los test de invierno de Sepang", añade el técnico italiano.
"No es un buen momento, no es ningún secreto. El problema es que esto no es un test, esto es la carrera y no queremos complicarnos demasiado", corrobora Hayden, que sí hizo ayer la comparación entre las dos versiones, fundamentalmente para dar más argumentos a Ducati y para decidir con qué moto prefiere correr este fin de semana. Rossi y su jefe de mecánicos, Jeremy Burgess, que estuvo ausente en los dos últimos grandes premios, han optado por seguir con la nueva versión para no entrar en una confusión infinita. Los resultados de Hayden y Rossi, a más de un segundo de la cabeza, mejoraron ayer apenas unas décimas.
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