Contador lo intenta pero se queda sin ningún premio
El de Pinto ataca dos veces pero no consigue ni acercarse lo suficiente al nuevo líder, Andy Schleck, ni la etapa, que gana Rolland
Alberto Contador dijo ayer que la victoria es "imposible" y, ante una causa perdida, intentó lo imposible. Ayer Andy Schleck atacó a 62 kilómetros de meta, el de Pinto lo ha intentado hoy a falta de 94 kilómetros de la meta. A la primera no salió y volvió a probar 80 kilómetros más tarde, donde lo hacen los campeones, al pie de los grandes puertos como el Alpe d'Huez. La primera dentellada desgastó; la segunda mató a los favoritos, que optaron por controlarse los unos a los otros. No así a Piere Rolland (Europcar) que, subiendo el mítico puerto a rebufo, se llevó la etapa.
Nada más llegar al Telegraphe, con apenas 15 kilómetros recorridos, arrancó el líder del Saxo Bank y no miró atrás. El primero en seguirle fue Andy y a los pocos metros enlazaron Frank, Voeckler y Evans. Pero el ritmo del de Pinto era infernal, y el mayor de los Schleck, Frank, se descolgó a los pocos kilómetros. Un poco más arriba fue el turno de Voeckler y Evans, que se paró para cambiar de bici. A los 10 kilómetros de escapada, Andy y Contador, junto a siete corredores, que se habían fugado en los primeros metros de la etapa, coronaron el primer puerto del día con 36 segundos de ventaja sobre Voeckler y más de un minuto con el resto.
Ya en el Galibier, sus compañeros de aventura, le dieron algún relevo, incluido el único rival para la general que había aguantado su ritmo, Andy Schleck, pero enseguida se ponía el español al frente de la carrera. Mientras, Voeckler, solo, rojo como un tomate por el esfuerzo, sin gesticular y con la mirada al frente, se defendía como gato panza arriba para mantener la distancia en torno al medio minuto. Atrás, el BMC intentaba minimizar el tiempo perdido por su jefe de filas, Evans, aunque lo único que pudieron vislumbrar de vez en cuando era cómo desaparecían los coches que seguían a los de cabeza por una curva. Antes de coronar, se lanzó Samuel Sánchez, que pasó por la pancarta del Galibier con unos pocos metros de ventaja con respecto a los otros perseguidores, justo cuando Voeckler también se descolgaba del pelotón. En la cima, Evans y Frank habían conseguido reducir la diferencia a 34s, Basso pasó a 1m 10s y Voeckler llegó 30s más tarde que el italiano. En el descenso, Evans, que no podía ni ir a por agua tranquilo al coche, tiro de su grupetto para coger a la cabeza de carrera antes de acabar el descenso. Al final lo consiguieron todos, tanto Evans como Voeckler, y se reiniciaba la carrera.
En la mini etapa que empezó en la curva 21 del Alpe d'Huez arrancó Evans y sorprendió a todos los demás, que tardaron unos segundos en ir en su búsqueda, aunque Voeckler, que iba con el depósito en reserva desde la subida al Galibier, se quedó y se dedicó durante la subida a increpar al público. Pero hoy Contador quería dar guerra y, en cuanto enlazó con el australiano, volvió a lanzar un ataque que dejó clavados a Frank y Samuel y abrió hueco con Andy y Evans. El de Pinto se tomó un respiro cuando enlazó con Hesjedal (Garmin) y Rolland (Europcar) que se habían destacado en el llano. Los demás decidieron dejarle hacer, ni siquiera el audaz Andy intentó ir a por él. Contador no miraba atrás, solamente se echaba la mano a la oreja para que le dijeran por el pinganillo que efecto había tenido su ataque.
Los de atrás se pusieron en manos de Andy, que era el más fuerte, pero el ritmo era muy distinto al del de Pinto, más pausado, los suficiente como para que Peter Velits (HTC) y Samuel Sánchez intentaran, con éxito, despegarse de ellos. Samuel, con un pedaleo no muy rápido pero constante, dejó atrás al esloveno y llegó a la atura de Roland, que se pegó a su rueda. La diferencia de Contador con los de atrás, donde Andy y Evans se daban empujones y discutían, no paraba de aumentar mientras el de Pinto iba abriendo el mar de aficionados que se agolpaban en las cunetas. La única amenaza para el triunfo de etapa eran su amigo Samuel y Rolland, que consiguió que el asturiano le subiera hasta el de Pinto, a falta de tres últimos kilómetros para la meta. Fue el momento en el que el francés cambió el ritmo que dejó sentados a los españoles y se acabó llevando la etapa. Poco premio para el gran esfuerzo del de Pinto, que se quedó sin etapa y sin Tour, ya que la diferencia con sus rivales, que aceleraron al final del puerto, es insuficiente -36s sobre el Evans y los Schleck y 3m sobre Voeckler- para afrontar la crono de mañana: Contador tendrá que volver a sufrir para intentar estar en el podio de París. Igual que Andy Schleck, que defenderá su nuevo maillot amarillo frente a Evans, mejor contrarrelojista que él, con 57 segundos de ventaja.
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