Mateos pierde su silla
Tras una cesión al AEK Atenas y cuando Mourinho parecía contar con él a su regreso, el Madrid lo traspasa al Zaragoza
Todo en la vida de David Mateos (Madrid, 1987) parece ser normal, excepto que ha sido canterano del Real Madrid. De complexión fuerte (1,91 metros y 82 kilos), parecía el indicado para sustituir a Fernando Hierro, su ídolo, al frente de la zaga del Madrid, aunque también puede jugar de mediocentro. Tenía un futuro prometedor, con unas buenas condiciones para jugar, según han dicho siempre sus entrenadores. Pero llegar al primer equipo es complicado, y más en el Madrid, donde el talonario está a la orden del día y casi siempre llega alguien más joven o con más experiencia que ellos. Ese es el caso de Mateos.
El año pasado su ilusión se cumplía pronto. Entrenaba con el primer equipo y Mourinho le dio la alternativa en noviembre en un partido de la Champions contra el Ajax en Ámsterdam (0-4 para los madridistas), pero nunca jugó en la Liga. "Fue extraño, haber debutado en un estadio tan importante, haber jugado en la Copa y, después de todo, no jugué ni un minuto en la Liga", dice el propio Mateos. Por ello, poco después, el Madrid le cedió al AEK de Atenas para que se foguease. Nueve partidos en Grecia fueron su bagaje en seis meses. "Pero en poco tiempo demostró que es un jugador con muy buen toque y criterio, que sabe siempre qué hacer con el balón y que es difícil superarle", reflexiona el medio centro Moisés Hurtado, jugador del Olympiakos.
Ahora su plan de volver a Madrid se ha truncado. Nuri Sahin (Lüdenscheid, Alemania) y Raphael Varane (Lille, Francia) le han quitado la silla. Más jóvenes (22 y 18 años por 24, del español), el alemán, de origen turco, es internacional con la selección otomana y ha sido nombrado mejor jugador de la Bundesliga, mientras que el francés es una promesa que viene con el aval de Zidane. Mourinho parecía reservarle un sitio en su equipo, pero regresó al Madrid y se encontró con una historia diferente. "En Grecia leía en la prensa que el míster me quería para esta temporada, pero cuando llegué, me tuve que buscar una salida. Fue un palo". Y añade: "No sé por qué ya no me quisieron".
En el Zaragoza, sin embargo, ha encontrado su sitio y se ha convertido en un integrante más de la legión de futbolistas salidos de las categorías inferiores del Madrid que alimentan a clubes de Primera y Segunda División. El club blanco, en cualquier caso, se ha guardado la opción de recuperar al joven futbolista madrileño. "La ilusión de regresar nunca se pierde", aclara. Pero será complicado que le devuelvan su silla.
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