Un trabajador del fútbol
Cortés, de 31 años, elogiado por todos por su estado físico y por su compromiso con el grupo, llega al Granada
David Cortés (Llenera, Extremadura; 1979) nació para jugar al fútbol y lleva toda su vida luchando para demostrarlo. Pone todo su empeño y, para ello, se machaca en los entrenamientos hasta el punto de que parece que los partidos y los minutos no hacen mella en su físico. Es un todoterreno, como le reconocen todos los que han jugado a su lado. Paco Peña, excompañero suyo en el Hércules, lo tiene claro: "Es como un toro; el año pasado jugó 34 partidos y al final de la temporada no se le notaba nada". Esa cualidad, junto a que entiende que el grupo está por delante de cualquier individualidad, le han llevado al Granada, que no ha tenido que pagar nada por su traspaso.
Perseguir al balón es algo que no le cuesta a Cortés y que ha hecho desde que tiene uso de razón. "Cuando era niño, le veía todo el día con la pelota, todo el día entrenándose, todo el día con el fútbol en la cabeza", recuerda un vecino de su pueblo, que no quiere dar su nombre. Ese empeño le valió para entrar en el filial del Extremadura. Y, a los 20 años, ya consiguió debutar en Segunda con el equipo de profesionales. En el Extremadura, estuvo tres temporadas hasta que le llegó su gran oportunidad: el Mallorca, con el que se proclamó campeón de la Copa en 2003. Una competición que se le da especialmente bien porque en su siguiente equipo, el Getafe, fue finalista en 2007 y en el 2008.
Su marcha del Getafe, cuatro años después, no fue del todo amistosa, sobre todo con su presidente: "Mi salida del equipo fue una cuestión de gustos, después de una época muy buena, uno piensa una cosa y luego resulta que la realidad es otra. Con la única pena que me fui es que no pude despedirme de la afición del Getafe, porque pedía mi renovación, y eso es una cosa que hay que agradecer", recuerda el propio Cortés. De Madrid se marchó a Alicante, al fichar por el Hércules. Su entrenador durante la segunda vuelta de la Liga, Miroslav Djukic, tiene muy buen recuerdo del jugador: "Yo le daría un 10, como jugador y como compañero". El técnico, además, le recuerda como un lateral que protege mucho su zona, pero que también sube mucho y que siempre está bien colocado. "El año pasado vivimos unas circunstancias difíciles a lo largo de la segunda vuelta y yo notaba que él siempre estaba muy comprometido y preocupado por la situación del equipo", señala Djukic; "tenía el fútbol como principal idea en la cabeza y estaba muy centrado. A pesar de sus 31 años, lo veo como jugador de Primera División, se cuida mucho. Yo lo pondría como ejemplo para el resto de jugadores que dedican el tiempo que juegan de profesional exclusivamente a eso".
Desde el club recuerdan el compromiso que adquirió con ellos: "No podemos reprocharle nada en el tiempo que estuvo aquí, lo dio todo por el equipo y era un ejemplo para sus compañeros. Con el descenso le empezaron a llegar ofertas, al final quedaron el Mallorca y el Granada, y se decidió por los andaluces". Uno de sus compañeros en el equipo alicantino, Paco Peña insiste: "Además de que siempre animaba, es un toro en lo físico". Recoge el testigo el propio David Cortés: "Si no pensara que todavía me queda cuerda para rato, me iría ahora mismo para mi casa. No me conformo con lo conseguido hasta ahora". Algo que celebra Fabri González, entrenador del Granada: "Nos fijamos en él porque le consideramos un jugador que hace equipo. Creo que es muy valioso y necesario para nosotros porque es un gran lateral y necesitábamos cubrir ese puesto que nos faltaba. Es un profesional que está en una forma fantástica. En lo poco que le visto entrenar, es muy profesional, muy serio, que es lo que necesitamos". Y si hay un contratiempo, a Cortés no le quedará otra que tirar de su frase de cabecera: "Si en algún momento me encuentro con algún revés, no tengo otra cosa en mi vida que el trabajo, no conozco otra forma de hacerlo". Todo empeño, todo compromiso.
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