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Dorsal 195, Mikhail Ignatyev

El ruso podría ser una gacela del Serengueti, curiosa mezcla de antílope y león, que es capaz de escapar de las garras del pelotón y plantarle un pulso

Ignatyev, yo pensaba que se escribía con i latina pero parece ser que no, es un corredor del equipo ruso Katusha -que en este Tour es un equipo ruso ruso, es decir integrado en su totalidad por corredores rusos-, de 25 años que a pesar de su juventud, acumula un interesante palmarés.

Con apenas 19 años, fue campeón olímpico de puntuación en pista en Atenas 2004. Ha llovido desde entonces y aún Ignatyev es joven, así que imagínense entonces. También fue campeón del mundo de contrarreloj sub23 con 20 años; y un año más tarde, con 21, se tuvo que conformar con la segunda posición.

En el año 2007, pasó a profesionales con el equipo Tinkof, germen del actual Katusha, y fue una de las sensaciones de la temporada, especialmente en el inicio. Daba miedo verle arrancar, y lo digo porque lo he sufrido. Y no digo nada de lo que es verle rodar; en una escuela de ciclismo, para definir lo que es rodar lo mejor que podrían hacer es poner unas imágenes de él en solitario. Cuando se acopla en esa posición aerodinámica que lleva en la bici de manera natural, con la espalda totalmente paralela al suelo, es una auténtica máquina de tortura.

Su brillo ha ido disminuyendo desde ese primer año de profesional -la verdad es que se esperaba algo más de él teniendo en cuenta las cosas que había hecho de joven-, pero aún así sigue siendo un corredor que hay que tener muy en cuenta en determinadas circunstancias.

En las fugas en grupo tiene un modus operandi bastante particular, y lo sé porque lo he vivido en mi propia piel, y no es nada agradable, por cierto. Una vez que la escapada se consolida, tira como uno más, aunque sus relevos suelen ser más largos de lo habitual, pero trata de mantener el ritmo sin aumentarlo en exceso. Pero cuando quedan aproximadamente 25 ó 30 kilómetros, depende del recorrido y de la distancia que lleve al pelotón, abre gas de manera ilimitada. A veces ataca, otras no le hace falta. El resultado es que siempre termina dejando a sus compañeros de fuga y consigue que la persecución, en vez de ser del pelotón a la escapada, sea del pelotón a Ignatyev. Hoy hizo esto una vez más y se llevó con él a Terpstra. A Ignatyev le cogieron a seis kilómetros de la meta y el holandés aguantó tres kilómetros más, una excepción a la regla, pues normalmente suele ser él el ultimo en aguantar.

¿Y qué animal podría ser Ignatyev? Pues este es bastante sencillo: una gacela, una de esas que vemos huyendo desesperadamente de los depredadores en los documentales de naturaleza del Valle del Rift. Pero no es una gacela cualquiera, no es ni siquiera esa gacela que alguna que otra vez consigue escapar de esa muerte casi segura. Es una gacela del Serengueti, un extraño animal raramente observado bastante diferente de la común gacela de Thompson, pues es una curiosa mezcla de antílope y león.

Porque Ignatyev no es un valiente de las fugas que algún día puede tener su día de suerte. No, si de vez en cuando escapa a las garras del pelotón no es por fortuna, sino porque es un tío capaz de plantar pulso a todo un pelotón. Y para eso, hace falta tener algo de sangre felina.

Suerte en este Tour, dorsal 195. Hoy te hemos visto probando suerte y espero que no sea esta la última ocasión, aunque ya estamos viendo que este no va a ser precisamente el Tour de las fugas. No obstante, espero que lo sigas intentando.

Mikhail Ignatyev.
Mikhail Ignatyev.GUILLAUME HORCAJUELO (EFE)

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