La heredera de Navratilova
Al igual que la checa nacionalizada estadounidense, Kvitova vence su primer grande con 21 años y en Londres
Wimbledon 2011 será probablemente recordado, en su vertiente femenina, como el torneo de las ova. De las ochos cuartofinalistas, la mitad tenían un apellido con la terminación que en los países de Europa oriental distingue a las mujeres de los hombres: la eslovaca Cibulkova, la búlgara Pironkova y las dos finalistas, la rusa Sharapova y la campeona, la checa Petra Kvitova (Bilovec; 1990). Más que una coincidencia, se trata del reflejo de un tenis femenino cada vez más dominado por mujeres del Este de Europa: entre las mejores ocho también estaba la bielorrusa Azarenka y la alemana Lisicki. Potentes físicamente, -todas rondan los 180cm menos Cibulkova- y con un saque fuerte, en Inglaterra no hubo espacio para las bajitas Schiavone y Na Li, finalistas en Roland Garros. La campeona Kvitova respeta el patrón de esta nueva ola, pero con un arma más: su poderosa zurda. Y se significa como la heredera de Martina Navratilova, pese a las diferencias en su estilo de juego.
Kvitova (183cm y 70kg) fue la tercera mejor sacadora del torneo. Sus 36 aces a lo largo de toda la competición solo fueron superados por Serena Williams (38) y Lisicki (44). Su característica principal, sin embargo, es la zurda letal con la que desquicia a sus rivales y que, junto a su procedencia, no puede eximirla de la comparación con Martina Navratilova. Las semejanzas, después de hoy, no terminan en estos dos detalles; como la campeona checa nacionalizada estadounidense, Kvitova ha levantado su primer Grand Slam en Londres y, siempre calcando las huellas de su famosa predecesora, lo ha hecho con 21 años. Unas analogías halagadoras para la número ocho del circuito femenino, si se piensa que se está hablando de una leyenda, ganadora de 18 Grand Slam, la mitad sobre la hierba británica.
Kvitova llegó a conocer a Navratilova el año pasado, después de acceder a las semifinales de Wimbledon, el que había sido, hasta hoy, su mejor resultado en un grande. Esta semana volvió a charlar con ella y Navratilova no escatimó elogios hacia su supuesta heredera. "Ya está preparada para ganar Wimbledon, gracias al dominio que tiene en el primer servicio", dijo la veterana. No se equivocó.
La joven checa, sin embargo, no mira hacia el pasado cuando tiene que describir su juego, sino al circuito masculino. Ahí están Federer, que admira por su elegancia y por su asombroso palmarés (16 títulos grandes), y el argentino Del Potro, al que le gusta compararse. "Plano y rápido. Del Potro juega como yo y yo juego como él", afirmó recientemente la tenista. Con cuatros torneos WTA y, desde hace pocas horas, un Wimbledon en el bolsillo, Kvitova puede empezar a hablar de ellos como compañeros de éxitos.
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