¿Y ahora qué puede pasar?
Respuestas a las dudas más frecuentes sobre las consecuencias del cierre patronal de la NBA
El cierre patronal en la NBA ha despertado numerosas dudas sobre qué va a pasar ahora con la mejor liga de baloncesto del mundo. Algunas de las más repetidas son:
¿Cuál es la situación actual?
Desde la declaración del cierre patronal anoche han cesado todas las actividades en la NBA. No hay contacto entre los equipos y los jugadores, estos no pueden entrenarse en las instalaciones de las franquicias y no se pueden firmar contratos ni traspasos. Los jugadores también han dejado de cobrar.
¿Qué pasa a partir de ahora?
Las conversaciones continuarán para conseguir llegar a un acuerdo. Sin embargo, aún no hay fecha para el siguiente encuentro. En el último cierre -en 1998- las dos partes no se volvieron a reunir hasta agosto.
¿Qué plazos hay?
La NBA debería comenzar en octubre y si las negociaciones fructificaran lo suficientemente rápido -lo cual no parece probable- la Liga podría no sufrir retrasos. En la temporada 1998/1999 los partidos se reanudaron en enero (se disputaron 50 de los 82 encuentros de la fase regular), después de que el comisionado de la NBA, David Stern, pusiera como límite el 7 de enero para no recomendar suspender la temporada al completo. El acuerdo se produjo el día seis y en tres semanas se comprimió la pretemporada y el plazo para hacer fichajes.
¿Y si no hay acuerdo?
Llegado el caso, las partes podrían decidir llevar el caso a los tribunales. Es lo que ha sucedido, por ejemplo, con otra de las grandes Ligas del país, la de fútbol americano (NFL), en la que aún continúan los pleitos.
¿Pueden salir los jugadores de la NBA?
En principio, sí. Sin embargo, hay varios inconvenientes para ello y los propios jugadores han admitido no tener claro qué podría suceder en ciertos escenarios. Aquellos con contrato son los que lo tienen más difícil, ya que se encontrarían con dos contratos (el contrato con su club en la NBA y con su nuevo equipo) en el momento en que se levantara el cierre, aunque podrían firmar cláusulas para prever su salida.
Otro problema es la elevada cuantía de las fichas de los mejores jugadores, inasumibles para los equipos FIBA -por ejemplo, Pau Gasol cobra casi 13 millones de euros por temporada-. Además, estos podrían ser reticentes a la hora de apostar fuerte por jugadores que puedan abandonarles a mitad de campaña. A lo que se suma la posibilidad de tener que firmar seguros muy caros contra lesiones. Sin embargo, si el lockout no aparenta tener solución a corto o medio plazo, varios jugadores serían más proclives a hacer las maletas ante la opción de pasar un año en blanco.
Los que más opciones tendrían de salir son los agentes libres, que pueden firmar por nuevos equipos. Es el caso de Marc Gasol, aunque en su caso es agente libre restringido, y los Grizzlies podrían igualar cualquier oferta de un equipo de la NBA para que siga en Memphis. Otro grupo que podría contar con más opciones son los jugadores de segundo o tercer nivel, cuyo papel en Europa -el principal destino, a priori- sería más relevante que en Estados Unidos.
¿En qué situación están los españoles?
Marc Gasol, el único que es agente libre, se encuentra en una situación más delicada ya que está a la espera de firmar un nuevo contrato. Los demás (su hermano Pau, Ricky Rubio, Rudy Fernández y José Manuel Calderón), al no serlo, tendrían más dificultades para una supuesta salida. El pívot de los Lakers, a punto de cumplir 31 años, ya ha mostrado su preocupación por lo sucedido y su disposición a jugar en otro lugar antes de tomarse una temporada sabática.
Ricky se ha encontrado con el candado nada más aterrizar en Minnesota, en un escenario poco deseable para un novato. Por su parte, Rudy añade incertidumbre a su situación, pendiente como está de las renovaciones de Dallas para ver la competencia que tendrá por los minutos en cancha y Calderón tiene una ficha de cerca de siete millones de euros para esta temporada, por lo que perdería mucho dinero marchándose.
¿Qué precedentes hay?
En el último cierre patronal varios jugadores optaron por marcharse. Entre ellos destacaron Arvydas Sabonis, que volvió a su Lituania natal para unirse al Zalgiris -aunque no llegó a jugar-; Vlade Divac, al Estrella Roja, y el número uno del draft de aquel año, Michael Olowakandi, que se fue a Italia, al Kinder Bolonia. Todos ellos sumaron pocos partidos y regresaron a la NBA cuando se levantó el cierre.
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