Francia y la obsesión por Londres 2012

España se enfrenta esta noche en el primer partido de la segunda fase a la actual campeona, Francia, en el Eurobasket de Polonia (20.30, Marca TV). Las dos selecciones se vuelven a ver las caras después de los cuartos de final del Mundial 2010 donde España ganó (71-74) y terminó con una medalla de bronce. Francia, llega como favorita después de arrollar en la primera fase a Croacia (86-40) -un partido en el que todas las jugadoras jugaron y anotaron- y de caer ante Letonia, su primera derrota en 2011. La medalla de oro da el pase a Londres. Algo que obsesiona al equipo de Pierre Vincent.

"Francia está en posesión del oro, son las favoritas", comentaba la jugadora española Amaya Valdemoro antes de comenzar el campeonato. La estrella de la selección francesa que no disputó el Mundial de 2010 por agotamiento físico y psíquico, la pívot Sandrine Gruda -del Ekaterimburgo-, ha vuelto a la selección de Vincent. Un grupo con pocos puntos débiles, pero que se caracteriza por su férrea defensa y por su músculo. Así lo expresan las estadísticas: en los tres partidos del Europeo, es la selección que menos faltas comete junto a España; la cuarta máxima anotadora del torneo con 206 puntos -España lidera con 214 puntos-; y la segunda que menos recibe (154, por los 148 de Bielorrusia).

Aparte de Gruda, también se ha unido a les Bleues el reciente fichaje del Ros Casares, la pívot de 25 años Isabelle Yacoubou. Dos llegadas que refuerzan la zona del equipo francés. La dirección también se ha revolucionado con la vuelta de la jugadora de 32 años Edwige Lawson-Wade, que no jugaba en el equipo desde 2007. Un punto de veteranía para intentar la medalla de oro. El metal obsesiona al equipo francés porque da la plaza directa a los Juegos Olímpicos de Londres. "Es el objetivo primordial y lo queremos conseguir por la puerta grande o por la pequeña", afirma la capitana del equipo Céline Dumerc. "Nuestro objetivo es muy claro: clasificarse para los Juegos Olímpicos", remacha el técnico Pierre Vincent. La razón es simple: desde la medalla de plata masculina en Sidney 2000, ningún equipo, ni el femenino ni el masculino, ha conseguido clasificarse para unos Juegos.