Bojan cambia su estatus
El delantero, segundón en el Barça menos en el primer curso de Rijkaard, partirá al fin como el delantero principal de un equipo, el Roma
Su irrupción, por esperada y por efervescente, le llevó a los altares del barcelonismo en un santiamén. De niño prometedor pero anónimo a nueve del Barça en una veintena de encuentros, siempre bajo el manto proteccionista del técnico holandés Frank Rijkaard, bajo los consejos de su ídolo Henry. Pero su condición de imberbe siempre le jugó en contra a Bojan Krkic (Linyola, Lleida; 1990), suplente al inicio de cada curso por detrás de otros futbolistas con más renombre, con un DNI extenso y consagrado; titular a la conclusión de varias temporadas, bien por el absentismo de unos, bien por su capacidad para el remate atinado. Desbravado en el último año, lejos del que considera su puesto natural -actuaba de extremo y no de delantero centro, como prefiere-, apenas contaba con la confianza de Guardiola y perdió el favor del público, hasta el punto de que ahora se buscará las habichuelas -solo falta la firma- en el calcio, en el Roma de Luis Enrique, hasta hace unos días el técnico del filial.
La aparición en escena de Bojan fue deliciosa, puro jauja para aquellos aficionados que siempre buscaron un rematador catalán y no otro de apellido brasileño. Era el debe de la casa azulgrana, siempre fructífera en zagueros y medios, escasa en puntas. Bojan respondió como mejor sabe: con goles. Hizo uno en su debut, en el amistoso ante el Al-Ahly egipcio, para convertirse en el más joven goleador azulgrana con 16 años, y repitió registro en un partido oficial, en la Liga, ante el Villarreal con 17 años y 51 días. Poco para este depredador del área, que también fue el más joven en debutar con la selección española sub 21 -aún la defiende estos días, cuatro años después- y que en su primer año igualó los registros de la por entonces referencia del Madrid. "Es igualito a Raúl", le definía el vestuario del Barça, tan asombrado como exultante porque sus goles -10, más que nunca en la Liga-, servían para paliar el absentismo de Ronaldinho. "Un fenómeno", subrayaba Eto'o. "Un gran goleador", ampliaba su amigo Henry. "No tiene nada, pero lo tiene todo", le definía Deco.
Poco dado a las frases grandilocuentes, sin embargo, de sus palabras se entiende su progresión. "Todo pasa deprisa y debo mantener los pies en el suelo. Mi reto es progresar con estos grandes futbolistas", señalaba en los primeros años, cuando Rijkaard le detenía en medio de un encuentro y le exigía a dosificarse en los esfuerzos, cuando el club azulgrana le sometía a un protocolo de trabajo para ganar corpulencia de cintura para arriba. "Mi deseo es triunfar en el Barça", defendía en los años siguientes el jugador, cuando se topó con la suplencia, un hábitat natural desde que Guardiola asumiera las riendas del equipo, cuando llegó a la selección absoluta -la primera vez no pudo debutar por problemas estomacales- en Mareo y ante Francia en febrero de 2008. "El tiempo dirá qué sucede", señalaba hace apenas unos días, en Dinamarca, cuando le cuestionaron por el Roma. Era, en cualquier caso, la primera vez que Bojan se daba por vencido en sus aspiraciones azulgranas, 159 partidos y 40 goles después.
Producto de los rondos del Barça y siempre puntual con la cita del gol, con un acento desarrollado para el remate, siempre se llevó elogios. "Sobre el campo es algo especial; selecciona con acierto todas las decisiones", señalaba Rijkaard. "No me lo merezco", se lamentaba Guardiola al no ponerle de titular, sabedor que el futbolista nunca levantó la voz y el dedo, sino que siempre apostó por su titularidad con esfuerzo y trabajo. Pero nunca tuvo un sitio seguro en el Barça, por lo que Johan Cruyff no dudó en los primeros años al soltar: "Yo lo cedería al Ajax para que juegue en un equipo de Primera y en la Champions, o al Celta, donde está Stoitchkov y jugará seguro". Bojan se negó en rotundo porque su sueño pasaba por ser el nueve del Barça. Pero solo lo fue con el propio Rijkaard durante media temporada, cuando contaba con 17 primaveras.
Pasados los años, Bojan sigue siendo un niño. Pero ya sabe que su sitio no está en el Barça, sino en el Roma. Ahí se peleará por un sitio con Taddei, Borriello, Vucinic y quizá el propio Totti, cada vez más adelantado porque los años pesan. Pero Bojan, por primera vez, es el delantero que parte con ventaja.
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