El mercado de los talentos

Hola, perdone, ¿es usted periodista español?

-Sí, dígame.

-¿Podría decirme qué futbolistas del Barcelona participan en la selección?

-Bueno hay varios: Miño, portero, Montoya, lateral, Thiago, centrocampista...

-Espere, espere un momento.

Quien pregunta es un hombre de mediana edad, acompañado por otro más maduro. Abre un cuaderno de notas prácticamente lleno de anotaciones, nombres, pizarras de juego, fechas, dorsales, del presente y de pasados campeonatos.

-Diga, dígame.

-Miño, Montoya, Thiago, Jeffren y Bojan.

En su cuaderno aparecen nombres de hace seis años, de hace cuatro, de hace dos. Anota los nuevos nombres. Imposible adivinar en aquella maraña de garanatos la lógica de su organización.

-¿De dónde sois?, pregunto.

-De Holanda.

Cosa extraña, porque la selección naranja fue eliminada en la fase previa y no disputa este europeo.

-¿Periodistas?, repregunto.

-No, qué va, somos del Ajax.

Misterio resuelto. Son dos de los 74 ojeadores de clubes, sobre todo europeos, que se han acreditado oficialmente para seguir el torneo y asistir a este mercado que agrupa a 183 futbolistas continentales (falta un inglés: Kieran Gibbs, defensa del Arsenal lesionado, que no pudo ser sustituido) y que ahora mismo concentran la mirada de los cazatalentos. Son chicos que no exceden los 23 años, en muchos casos con su futuro en el aire y en casi todos con experiencia en el fútbol de élite. "Seguramente son más los que asisten a los partidos", comentan en la UEFA, "porque algunos quizás no hayan pedido acreditación oficial y acudan como espectadores". Por ejemplo, el Real Madrid no ha acreditado a ningún representante.

El dato es demoledor. Toca prácticamente a dos futbolistas por ojeador, si hicieran un pool, y a poco más de uno por titular. Bien es cierto que muchos de los talentos puestos en el escaparte pertenecen a equipos que no están por la labor de vender el oro en bruto que poseen. Kyle Walker, por ejemplo, el lateral derecho de Inglaterra, que luce un número emblemático, el 14, pertenece al Tottenham, aunque ha jugado cedido en el Aston Villa esta temporada. A Luis Milla le impresionó en el encuentro frente a España y lo definió como el "mejor futbolista inglés". Capello, presente en el Herning Stadium, seguramente apuntó su nombre tras la exhibición de poderío físico y técnico. En el fútbol no abundan laterales con un recorrido tan largo como este muchacho que propició la resurrección de Inglaterra y de cuyos pies nació la jugada del empate.

Pero hay más. En las agendas de la troupe de entrenadores figuran más nombres. Herrera o Thiago deslumbraron por su dinamismo y Javi Martínez es el medio centro que tanto gusta en la Premier, tras descubrir que su poderío físico no está reñido con la circulación del balón. También brilla el checo Peckhart, del Nüremberg, un delantero poderoso, un jugador de referencia. Muchos llevan apuntado el nombre de Yarmolenko, otro delantero del Dinamo de Kiev, que no lució en el primer partido. Y Suiza ha puesto en el escaparate a dos perlas, como el delantero Shaqiri (Basilea) o el centrocampista Emehgara (Grasshopper), pura habilidad y concepción del fútbol.

En el hotel de España no se advierten situaciones nerviosas, aunque muchos de los futbolistas de la selección se enfrentan a un futuro incierto. Los rumores apuntan a fichajes o trueques que se caldean con la presencia de los visitantes del mercadillo, que como el representante del Ajax apuntan y apuntan futbolistas, dorsales, estrategias, pizarras tácticas y clubes de referencia. En el palco del España-Inglaterra, Povlsen, el último futbolista danés de referencia no ojea futbolistas. Simplemente ve el partido un poco detrás de Capello.