Marcelino tiene ojos para todo
El nuevo técnico del Sevilla destaca por su incombustible afán en controlar cualquier mínimo detalle del equipo
A Marcelino García Toral (Careñes, Asturias; 1965), nuevo entrenador del Sevilla, lo conocen bien en el Betis. En el verano de 2007, Manuel Ruiz de Lopera apostó fuerte por este técnico para intentar apuntalar un proyecto que hacía aguas. Marcelino se había ganado un buen prestigio al dejar en octava posición a un recién ascendido como el Recreativo. Allí, en Huelva, los futbolistas alucinaban con un entrenador que los metía en cubas con agua helada después de cada entrenamiento y que les controlaba el peso hasta en gramos. Detalles que explican la obsesión del entrenador por tener todo bajo control.
Marcelino no fichó por el Betis. Pidió, entre otras cosas, dar 14 bajas, el fichaje de Santi Cazorla con su sueldo incluido y que le garantizaran, por contrato, el buen estado de los campos de entrenamiento. Demasiado para un Betis incapaz de hacer frente a las exigencias económicas. Cuatro años después, Marcelino está en el Sevilla, entidad en tiempos de cambio. Del equipo ganador de seis títulos entre 2006 y 2010 se ha caído gente tan importante como Luis Fabiano, Dragutinovic y Renato, mientras Kanouté mastica el final de su etapa. Emerge un nuevo Sevilla, con un perfil más discreto y joven. Al frente, Marcelino.
"Es un técnico con hambre, acorde a nuestro nuevo proyecto", señala Monchi, director deportivo del Sevilla, al tiempo que reconoce que en los últimos dos meses, desde que se decidió que Gregorio Manzano no iba a ser renovado, la secretaría técnica manejaba un ramillete de posibles entrenadores. No se llegó a un acuerdo con Marcelo Bielsa y Monchi se decidió por Marcelino. Entre otras cosas, porque varios integrantes del área deportiva del Sevilla habían estudiado en directo sus métodos de trabajo en el Racing. Tras el primer tanteo, una conversación telefónica y una última reunión de siete horas en Jerez, se resolvió el contrato. "Es un amante del rigor técnico-táctico, metódico, ordenado y trabajador, muy trabajador", explica Monchi. Pero lo que no desvela el director deportivo -pero se sisea por el Sánchez Pizjuán- es lo que tanto él como el presidente concluyeron tras la cita: Marcelino es el técnico que más se parece a Juande Ramos, contratado en 2005 y puntal del mejor equipo de la historia de la entidad andaluza.
Llega al Sevilla Marcelino, que revitalizó al Sporting en Segunda, ascendió al Recreativo y condujo al Racing a la UEFA y las semifinales de Copa. "Es un adelantado a su tiempo", afirma Gonzalo Colsa, centrocampista del Racing; "me llamó la atención desde el primer día su obsesión por recuperar el balón lo antes posible. Lo resumía todo en: 'la clave es apretar tras la pérdida de balón'. Me hizo mejor futbolista porque hace que el deportista se limite a entrenar y a competir. Él se encarga de todos los demás detalles", añade. Secundado por un cuerpo técnico donde Rubén Uría, su segundo, se encarga de acercarse al futbolista, y el preparador físico, Ismael Fernández, de cuidar hasta el último detalle de la dieta y el peso de los jugadores, Marcelino, sin embargo, acaba por supervisarlo todo. "Orden, trabajo y control son sus cualidades principales. Al principio te choca por su afán por controlarlo todo. Luego, te acabas acostumbrando a su exigencia", relata Toni Doblas, portero del Zaragoza a las órdenes de Marcelino en el ascenso del conjunto maño en 2009. Y amplía: "Me llamó la atención cómo analizaba los partidos. No he encontrado a otro entrenador que prepare unos informes tan completos del rival".
En Zaragoza vivió la única etapa amarga en su carrera, cuando tras el ascenso de 2009 se quedó en el club aragonés a pesar de no estar muy convencido del proyecto. Quizá le condicionaron los tres millones de euros que cobraba. Resulta que lo de pesetero es un apelativo que le cuelga el aficionado, consciente de que prefirió irse al Zaragoza a Segunda con un sueldo mejor que el del Racing, en Primera, y ahora deja de nuevo al Racing por el Sevilla. Del equipo aragonés, en cualquier caso, fue destituido en la jornada 14. Una excepción en su carrera; siempre terminó las temporadas que comenzó. "Ahora llega a un gran club a dirigir un gran proyecto", interviene Pepe Mel, técnico del Betis; "es un entrenador que vive el fútbol las 24 horas del día, muy organizado y muy metódico". Y tiene ojos para todo.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.