Nowitzki no para hasta salirse con la suya

La final entre Dallas y Miami sentará un precedente: pocas veces se habrán producido tantas remontadas. Y casi siempre son los Mavericks los que consiguen lo que parece poco menos que imposible. Pero Dirk Nowitzki y los suyos volvieron a sobreponerse a los nueve puntos (65-74) de desventaja que acumulaban a falta de diez minutos y acabaron ganando por 86-83 tras conseguir un parcial de 21-9.

La victoria era poco menos que imprescindible para el equipo de Texas, que hubiera quedado al borde de la derrota definitiva pero que, ahora, con un empate a dos y un quinto partido de nuevo en casa, vuelve a soñar con el anillo. La forma en que perdió el partido habrá llenado de dudas y reproches a los Heat, que pagaron el flojísimo partido de LeBron James.

Nowitkzi no estaba cuajando un buen partido. Llegó al final del tercer cuarto con 11 puntos en su haber y una serie nefasta de cuatro canastas en 13 lanzamientos. Al igual que en casi todos los partidos anteriores, volvió a dominar la mayor parte del tiempo Miami, gracias sobre todo a un Bosh que arrancó con mucha fuerza y acierto a un Dwyane Wade que está siendo el mejor con creces a lo largo de la final. Bosh sumó 24 puntos y Wade, 32. Pero LeBron se quedó en 8 puntos con una serie nefasta: 3 de 11.

Cambios importantes

Rick Carlisle, el entrenador de Dallas introdujo algunos cambios importantes. De entrada situó a Barea junto a Kidd en el equipo titular, del que quedó apartado Stevenson. De esa forma, Dallas ganó en velocidad en la transición y en las combinaciones en ataque, aunque también acumuló muchas pérdidas. Miami logró abrir alguna brecha importante, 21-28, gracias a sus rebotes en ataque. Chandler se quedó demasiado solo en las tareas más oscuras cerca del aro y cumplió de manera sobrada con 13 puntos y 16 rebotes.

Poco después de que Miller anotara su segundo triple y el segundo y último también de su equipo, muy remiso en el lanzamiento exterior, Miami abrió la interesante brecha de nueve puntos en el marcador, ya en el último cuarto. Fue entonces cuando Nowitzki volvió a ponerse las pilas y a perforar la defensa de Miami. 11 puntos había anotado hasta entonces y 10 logró en esa recta final.

Colapso de Miami

Miami, como ya sucedió en los partidos anteriores, volvió a quedar colapsado en ataque. Después de una canasta de Wade que le dio siete puntos de ventaja (69-76) se pasó cinco minutos en los que solo anotó una canasta, tal vez la mejor del partido eso sí, y también obtenida por Wade después de recorrer toda la pista y de haberle puesto un monumental tapón a Chandler. Pero ese alarde no impidió que Dallas tomara ventaja con un parcial de 13-2 que puso el marcador en 82-78 cuando quedaban menos de dos minutos.

En la recta final ambos equipos fallaron más de la cuenta en ataque, con lanzamientos muy precipitados de Stevenson, de Haslem, de Nowitkzi... Bosh y Wade desde la línea de tiros libres pusieron el marcador en 82-81 a falta de 29 segundos. Nowitkzi volvió a repetir la entrada a canasta que dio el triunfo a su equipo en el segundo partido y que falló en el tercero. Esta vez entró por la derecha -su lado 'malo'- y Haslem no pudo frenarle o molestarle lo suficiente como pasó en el tercer encuentro. Anotó Nowitzki y puso el 84-81 en el marcador. Faltaban 14 segundos.

Terry sentencia con tiros libres

Wade anotó cuando quedaban nueve segundos. Con 84-83, LeBron James le hizo falta a Terry y éste, desde la línea de tiros libres, no falló: 86-83. Miami pidió su último tiempo muerto para intentar un triple en los seis segundos y siete décimas que quedaban. No lo consiguieron porque sacó Miller de banda y el balón se le escapó a Wade, aunque tuvo tiempo de recuperarlo y enviar de nuevo a Miller, eso sí en muy malas condiciones y apenas ya sin tiempo. Su lanzamiento a la desesperada no entró. Y la obstinación y la capacidad para apretar el acelerador en los instantes en que más lo necesita, volvió a darle el éxito a Dallas.