La Real vira ¿hacia dónde?
La Real lanza un guiño a la cantera. Se supone, que el fichaje de Montanier, curtido en los pisos bajos del fútbol francés, tiene esa intención...
La Real lanza un guiño a la cantera. Se supone, que el fichaje de Montanier, curtido en los pisos bajos del fútbol francés, tiene esa intención. Dejémonos de entrenadores rutilantes, y caros, y vayamos a por un tipo de chándal y campo de tierra, acostumbrado a sufrir y a triunfar en un fútbol que busca, en los pisos altos la exquisitez, aunque pierda competitividad cuando sale de sus fronteras. Se supone que es todo un guiño. Se supone porque a fecha de hoy el club solo ha dicho que ha fichado un nuevo entrenador como antes dijo que había despedido al otro. Se supone que Aperribay, presidente, y Loren, director deportivo, hablarán cuando presenten al técnico francés. Hasta fecha, ley del silencio. Se supone, pues, que la Real quiere explotar a tope Zubieta, una medida interesante porque necesita recuperar la identidad perdida, y porque no tiene dinero para fichar a futbolistas de tronío, ni siquiera principesco, ni siquiera cortesanos del fútbol. A la Real, como a tantos equipos de la Liga española, les corresponde por su finanzas el futbolista número 254 del fútbol europeo. Ya lo eligió durante muchos años y el resultado fue desastroso, salvo honrosas excepciones.
A la cantera se puede ir por convicción o por necesidad. No es lo mismo. Lo primero implica a un riesgo, lo segundo una tentación. En ambos casos, si la cosa va mal siempre queda el mercado de invierno para fichar al futbolista 345 de Europa o al 214 de América. Si no tercia, un surcoreano o un chino aparente.
Montanier parece un trabajador nato, pero ¿acaso Lasarte no lo era? ¿Acaso Lasarte no apeló a la cantera, como hará el técnico francés aunque su espina dorsal siga siendo la de los jugadores veteranos, hechos y derechos? La decisión del Consejo se antoja tan interesante como, de momento, incomprensible, sobre todo cuando ha habido que abonar una parte ¿cuánta? de los 500.000 euros de indemnización al Valenciennes, un equipo humilde de la Liga francesa. ¿Es una operación profunda o una operación cosmética? ¿Un intento de profundizar el trabajo de la cantera o un gesto para elevar la moral de la afición? Hay algo que todo club que apuesta por la cantera, y así va a ser vendido el fichaje de Montanier, debe tener en cuenta. La cantera vive de la paciencia y la paciencia reclama tranquilidad frente al nerviosismo de la competición. Sin esa convicción, ni Montanier, ni Lasarte, ni Lillo, ni Denoueix, ni nadie puede construir una factoría. Si no es así, solo se vira el barco, pero ¿hacia dónde?
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