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En busca de la pedalada perfecta

Jon Iriberri, biomecánico del Movistar y primer español en conseguir una plaza como titular en la Academia de la UCI, analiza a distancia la evolución de sus corredores en el Giro

El viernes, mientras los ciclistas del Movistar rodaban bajo la lluvia entre Bérgamo y Macugnaga, el hombre que vela por que cada uno de sus movimientos sobre la bicicleta sea lo más eficiente posible, debutaba como profesor titular en la academia para corredores y técnicos que la Unión Ciclista Internacional tiene en la localidad suiza de Aiglé. No es baladí lo que ha logrado Jon Iriberri (Ancín, Navarra; 1974). El biomecánico del Movistar, equipo con el que empezó a trabajar hace tres años, es el primer español que consigue una plaza fija en una institución en la que la mayoría de los docentes son de origen anglosajón. Desde la distancia, no ha dejado de vigilar las pedaladas de sus hombres en el Giro.

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"En España hay técnicos que aportan cosas, pero nuestro conocimiento no acaba de exportarse", explica Iriberri, vía telefónica, desde Suiza. Su trabajo no es apreciable para el ojo profano, pero tiene cada vez más importancia en la estructura de los grandes equipos. De ahí el interés de la Academia de la UCI por incorporar a un destacado experto en la materia a su programa didáctico. Iriberri enseñará a otros lo que hace él mismo en el Movistar, es decir, intentar explotar al máximo las capacidades de los ciclistas y prevenir posibles lesiones. Para ello, utiliza diferentes técnicas e instrumentos, como el pulsómetro o sensores de presiones, con las que adquiere datos en laboratorio y en carrera de cada uno de sus corredores.

"Es fundamental obtener, por ejemplo, lo que se llama el momento de fuerza de la pedalada", continúa; "saber cómo es y cómo se produce el gesto técnico de cada una de las piernas, hacer un análisis descriptivo y otro correctivo, para que el ciclista pedalee del modo más eficiente". De sus análisis pueden salir tanto modificaciones en las bicicletas como consejos para los corredores. "El pedaleo se repite tantas veces que si hay una fricción que no debería entre dos huesos o un tendón que no hace las cosas correctamente, puede haber una lesión", advierte.

Los resultados de su trabajo son apreciables en una competición como el Giro, donde Iriberri está realizando un seguimiento de los ciclistas del Movistar a través del vídeo y de las impresiones de los propios deportistas. "Pablo Lastras, que está teniendo una actuación muy destacada, me confirma con su opinión las sensaciones que transmite visualmente", resume; "él cree que ahora mismo la bicicleta es una extensión de su cuerpo. Va feliz, casi no tiene que hacer esfuerzo".

Otro ejemplo es Vasili Kiryienka, vencedor ayer de la última etapa de montaña de este Giro. El bielorruso es un modelo biomecánico ejemplar para los demás ciclistas. "Procede de la escuela bielorrusa de la pista y viene con una técnica depuradísima", explica Iriberri; "Después de estar 200 kilómetros escapado, como ayer, todavía se le puede poner como ejemplo de cómo hay que pedalear. En ningún momento se descuadra, apenas hace movimientos con el tronco, da la sensación de que no va haciendo esfuerzo, todos sus gestos van dirigidos a bajar los pedales".

En general, el biomecánico está satisfecho con el efecto beneficioso que su labor está teniendo en el Giro sobre el rendimiento y la salud de sus ciclistas. "No estamos teniendo las clásicas lesiones como las tendinitis de rodilla o del tendón de Aquiles, las rotaciones de cadera... Hay que tener en cuenta que hay equipos que tienen a corredores en la cuneta porque no son capaces de darle solución a sus problemas", señala. Él solo ha apreciado pequeños detalles a corregir, sin gran trascendencia, y que pueden esperar a que acabe la ronda.

Y es que los años dedicados a la biomecánica permiten a Iriberri captar a simple vista aspectos que al resto de los espectadores se les escapan. "La rodilla izquierda de Garzelli [actual líder de la Montaña] está haciendo un ejercicio que a mí me parece peligroso. Estoy seguro de que le habrá dado más de un disgusto", interpreta. Y ni siquiera el imbatible Contador se libra de sus escrutinios: "El desplazamiento que tiene su sillín en la contrarreloj llama muchísimo la atención, salta hacia delante y hacia atrás, y es algo que no tiene por qué ocurrir". Reconoce, eso sí, que su ciencia no puede explicar la superioridad del de Pinto: "Las diferencias que él consigue son bastante más grandes de las que puede producir la biomecánica".

Jon Iriberri, junto a uno de los ciclistas del Movistar.
Jon Iriberri, junto a uno de los ciclistas del Movistar.

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