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Análisis:
Análisis
Exposición didáctica de ideas, conjeturas o hipótesis, a partir de unos hechos de actualidad comprobados —no necesariamente del día— que se reflejan en el propio texto. Excluye los juicios de valor y se aproxima más al género de opinión, pero se diferencia de él en que no juzga ni pronostica, sino que sólo formula hipótesis, ofrece explicaciones argumentadas y pone en relación datos dispersos

Ciclismo de otra época

"Kiryienka el mejor gregario que hay en el pelotón mundial"

Ayer he visto una etapa de otra época. Leí en algún sitio que esta etapa, la más larga de la carrera, iba a servir como homenaje al centenario de la inclusión de un puerto de más de 2.000 metros en el recorrido del Giro de Italia, precisamente Sestriere. Y qué mejor que subiendo Finestre anteriormente, con esos últimos ocho kilómetros de sterrato que nos hacían volar con la imaginación a las carreteras y los puertos en esa época.

Pero no, el hecho de tener este dato no me hizo rememorarme años atrás. No fue ni El Colle Delle Finestre, ni su strada Bianca, ni lo simbólico de Sestriere, ni nada por el estilo. Lo que recordó al ciclismo de otras épocas fueron las diferencias en tiempo que el ganador, Kiryienka, marcó con respecto al resto de clasificados en la etapa. Bestiales. Y es que, además, para nada era un tiempo que se le había concedido de margen en una fuga consentida, o algo por el estilo, que a veces las grandes minutadas llegan por ese camino.

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No, ayer Kiryienka comenzó a subir Finestre con algo más de seis minutos sobre el pelotón, pero tras muchos kilómetros de fuga en un grupo de 13 que se había gestado en los primeros compases de la etapa. Y a partir de ahí, en su andadura en solitario en busca del ansiado homenaje a su compañero Tondo, vio que, aunque en primera instancia esa renta era recortada levemente, nadie estaba tan fuerte como para alcanzarle, por mucho que se lo propusiesen. De meta, unos cuantos datos: el quinto clasificado en la etapa, lo hizo a casi seis minutos; de donde podemos deducir que tan sólo un grupo de nueve o 10 corredores -precisamente los mejores de la clasificación general- fue capaz de hacer todos esos kilómetros a la misma velocidad que él. Y un reducido grupo de tres fue capaz incluso de recortarle unos segundos. Inmenso Kiryienka.

No es habitual ver que el segundo clasificado lo hace cinco minutos más tarde que el primero, pero a veces pasa, como alguna vez pasa que el pelotón termina a 25 minutos. Pero cuando observas que el décimo ha entrado a más de seis minutos, el trigésimo a más de 10 minutos -precisamente Igor Antón, que no tuvo ayer el día que yo esperaba-, el clasificado en el puesto 50 a más de 15 minutos, o a partir del 70 a más de media hora, llegas a la conclusión de que el protagonista de tal hazaña no puede ser un cualquiera.

Y es que este bielorruso es un corredor de otra época. Sube bien, baja, llanea que da gusto, se le da bien la contrarreloj y no se le caen los anillos a la hora de trabajar para un compañero. De hecho, yo diría -y creo que en esto no tengo mucho margen de error- que a día de hoy es el mejor gregario que hay en el pelotón mundial. Kiry es mucho Kiry, ayer lo dejó bien claro.

Por lo demás quizá la etapa nos dejó menos de lo esperado. Pero es lo que hay a estas alturas, no se le pueden pedir peras al olmo. Después de tres semanas -ayer se cumplían- de carrera, cada uno va como puede con lo poco que queda. "Aquí todo el mundo va en reserva", me decía ayer un corredor. Se agotó el combustible, y estos últimos días no había donde repostar. Lo que vimos ayer en Sestriere y el día anterior en Macugnaga nos lo confirma, aunque siempre hay una excepción a la regla, un Kiryienka de la vida que tras un día malo en la Marmolada se liberó de la presión de la general, y que ha sabido elegir el día más propicio para sus cualidades. Aunque viéndole ayer, la verdad es que si hubiese elegido cualquier otro, el resultado hubiese sido el mismo, pues estuvo superlativo. Buen gesto el de Movistar el de seguir en carrera tras lo sucedido, y además motivados para honrar a Tondo con una victoria. Lo intentaron por varias vías y al final Kiryienka lo hizo a lo grande, como a Tondo le hubiese gustado. Hasta mañana, que ya no queda nada.

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