Una fiesta de campeonato
Alrededor de 350.000 seguidores celebran el tercer título de Liga seguido del Barça de Guardiola.- Los jugadores prometen volver con la 'Champions'
Pep Guardiola dijo fiesta y el equipo se ha pasado tres días de fiestón en fiestón. Han finalizadoesta nochecon una cabalgata por el barrio barcelonésde Les Corts y una jarana por todo lo alto después, en un Camp Nou que se ha quedado pequeño y que ha tenido que cerrar sus puertas cuando la afluencia llegó a los 90.000 aficionados. Manel Vic, el locutor habitual, ha sido el nacargado de presentar al equipo con la música de la película El último mohicano sonando a todo trapo por los altavoces. Primero han salido los miembros del cuerpo técnico, que han formadoun pasillo por el que, acto seguido, han desfilado los jugadores, el técnico y Tito Vilanova, su ayudante, la mayoría de ellos acompañados por sus hijos.
Tras mantear a Guardiola, Carles Puyol ha cogido el micrófono: "Gracias por estar aquí. Nos queda un último esfuerzo. No dudéis de que lo daremos todo para volver aquí el día 29 para celebrar la Champions. Disfrutad de esta Liga, os la merecéis. Nos han atacado por todos lados y seguirán inventando. Pero nosotros seguiremos a lo nuestro, que es el fútbol", ha dicho el primer capitán antes de ceder el protagonismo a Guardiola: "Hay que darles un agradecimiento eterno a estos jugadores porque son irrepetibles. Gracias, chicos, ¡os admiro!".
Uno de los más ovacionados ha sido Éric Abidal. "Quiero agradecer a todos mis compañeros, al cuerpo técnico y a mi familia el apoyo que me han dado este año", se ha arrancado el francés, en catalán. "Esta fuerza que me habéis dado me ha ayudado a seguir adelante", haconcluido. "Solo diré una cosa; seré corto, pero intenso. Me siento orgulloso de llevar este escudo y me siento orgulloso de defender estos colores", ha soltado Víctor Valdés antes del preceptivo "Visca el Barça i visca Catalunya".
Según datos del Ayuntamiento de Barcelona, 350.000 personas hubo por las calles. "Ahora toca bailar mucho, salir mucho y hacer mucho de mucho", había dicho Guardiola después de empatar con el Levante: el equipo obró en consecuencia, necesitados como estaban de una alegría tras un año tenso como pocos, y ha vivido una jarana permanente estos tres días. Ellos y el barcelonismo en pleno. Si el club quedará marcado de por vida por la etapa de Guardiola en el banquillo -lleva nueve títulos de 12 posibles-, hay una generación de niños y adolescentes ligados para siempre a una época gloriosamente festiva, como quedó patente ayer, en la calle y el estadio.
Los campeones de una Liga tremendamente exigente, la tercera consecutiva, la liaron en el avión después de conseguir el punto que necesitaban y ese mismo día cerraron la discoteca Bikini, ya de madrugada. El jueves invitaron a sus señoras a una cena que terminó con karaoke y ayer se fueron juntos de comilona, a un restaurante de fuera de la ciudad, antes de subirse a un autobús ilustrado con retratos de los campeones y que también ha incluido una frase en recuerdo al pueblo de Lorca, golpeado el miércoles por un terremoto.
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