"Volveremos el día 29"
La plantilla del Barça festeja con una gran fiesta el alirón liguero y emplaza a su hinchada a regresar al Camp Nou tras la final europea de Wembley contra el Manchester United
Si las calles de Barcelona fueron un hervidero que congregó a más de 300.000 personas, la fiesta del Camp Nou no se quedó a la zaga. Con las gradas repletas y los flashes apuntado al centro del césped, donde saltaron uno a uno todos los componentes del Barça, la fiesta azulgrana ganó decibelios de forma progresiva con Carles Puyol como maestro de ceremonias. Al igual que en el terreno de juego, el capitán azulgrana dirigió, ordenó los parlamentos y fue el primero en tomar el micrófono. "Queda un último esfuerzo. Lo daremos todo para que el día 29 estemos aquí, de nuevo, celebrando la Champions", arengó el central.
Elevó el tono para enviar un mensaje con destino a Madrid, al señalar que "seguirán inventando, pero nosotros seguiremos a lo nuestro: jugando al fútbol". Mucho más comedido se mostró su técnico, Pep Guardiola, que elogió a sus jugadores ("son irrepetibles") y envió un mensaje de apoyo a todos los afectados por el terremoto que sacudió la localidad murciana de Lorca hace dos días.
Su heredero sobre el tapete, Xavi, recogió el testigo y azuzado por sus compañeros, volvió a elevar el tono. "No vale la pena pensar en los demás. Pensad en este equipo, el mejor del mundo. Esperamos volver con la Champions, apuntó el 6, cuyo discurso precedió a uno de los momentos álgidos de la noche: la irrupción de Abidal. El francés, que apunta a Wembley tras haber sido operado de un tumor en el hígado, fue recibido entre los bramidos de la hinchada y, en un más que correcto catalán, agradeció el apoyo a los jugadores, los técnicos, el cuerpo técnico y su familia.
Abi fue inmediatamente manteado por sus compañeros. Entre ellos, Víctor Valdés, que, afónico, acompañado de su retoño Dylan, inició su proclama. "Seré breve, pero intenso. Me siento orgulloso de llevar este escudo, de defender estos colores", espetó el guardameta, que cedió el micro a su compañero de fatigas, Pinto, que alborotó a la parroquia con su gracejo gaditano. Posteriormente llegó el turno del clan argentino. Habló primero Milito, muy serio. Continuó Messi, que emplazó a los aficionados al día 29 para celebrar la Champions, y compareció también Mascherano, ovacionado por la grada.
Iniesta, otro de los más aclamados y que conquistó el título de Liga el mismo día que cumplía 27 años, se acordó de su hija Valeria e incidió en el deseo de tumbar al Manchester United en Londres. En la misma línea, Piqué dio las gracias a su entrenador y a la afición antes de que otros futbolistas como Villa, Pedro, Jeffren o Alves pusieran el broche el acto. Hasta Keita se animó.
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