El Rico Pérez estalla contra sus jugadores
Los aficionados se ensañan con la plantilla tras consumarse el descenso a Segunda
"Me siento impotente", dijo ayer Nelson Valdez. "Es muy triste", se lamentó Javier Farinós. Pero el más contundente, sin duda, fue Sendoa Aguirre. "Un descenso no se consigue por 10 minutos, un partido o un fallo arbitral", remató el futbolista del Hércules, uno de los pocos miembros del equipo alicantino que lograron escaparse de la ira de los aficionados tras el empate contra el Mallorca que certificó el descenso del conjunto herculino a Segunda División. "Después de hacer muchas cosas bien, hemos regalado el partido en dos fallos defensivos", justificó el técnico blanquiazul, Miloslav Djukic, en la rueda de prensa posterior al partido. "Sabemos a lo que jugamos, pero no hemos sido capaces de aguantar en defensa y eso nos ha condenado a Segunda", subrayó el serbio, que tomó las riendas del equipo en la jornada 29 en sustitución de Esteban Vigo.
Para el técnico, una de las claves por las que se produjeron tantos errores fue que al equipo le fallaron las fuerzas al final del encuentro. "Estamos hundidos físicamente", admitió; "algunos jugadores están al límite y el paso de las jornadas se nota. Nosotros no podemos mejorar la preparación técnica en nueve partidos". Descendido de forma matemática, al Hércules le quedan ahora dos partidos estériles en los que no hay nada en juego de por medio para ellos. "Me da mucha pena por los jugadores, pero espero que tengan un comportamiento profesional. Tenemos la obligación de terminar dignamente la temporada. Tenemos que apechugar ahora todos con las consecuencias", incidió Djukic.
La primera consecuencia del descenso ha sido el enfado del público del Rico Pérez, que ayer increpó a los suyos cuando abandonaban el estadio y ascendían al autobús. Los seguidores llevan varias jornadas de uñas con el equipo, que acumula los peores registros de toda la segunda vuelta de la Liga. "La afición tiene razón porque no hemos sido capaces de quedarnos en Primera, como ellos y nosotros queríamos. Comprendemos que estén enfadados. Nosotros tenemos que acabar la temporada lo mejor que se pueda", admitió el portugués Tiago Gomes. Abatido, Farinós ahondó en la tristeza del vestuario. "Es una pena, y todos lamentamos esta situación porque es muy triste para todos. Unas veces se ríe y hoy lloramos todos", señaló el veterano centrocampista, que se retiró lesionado.
Con nueve incorporaciones, el Hércules fue uno de los equipos que más se reforzó el pasado verano. Fichó a jugadores contrastados, como David Trezeguet; consiguió la cesión de jóvenes con proyección, como Royston Drenthe; y contrató a otros que habían destacado en otras Ligas, como Nelson Valdéz. De todos los nuevos, solo el paraguayo ha cuajado una temporada que le valga el reconocimiento de la afición. Volcánico ha sido el paso de Drenthe por el club, protagonista de varios escándalos dentro y fuera del vestuario e intermitente sobre el césped. Trezeguet se diluyó al mismo ritmo que el equipo y y han tenido que ser veteranos como Farinós, Sendoa o Kiko Femenía quienes tirasen del carro en las últimas jornadas.
El Hércules arrancó bien la temporada, con una sorprendente victoria ante el Barcelona en el Camp Nou -ha sido el único equipo que ha vencido en el coliseo azulgrana esta temporada- y puso en apuros al Madrid en su visita al Rico Pérez. En la jornada 20 estaba 12º, a cinco puntos del descenso, y aparentemente había superado los problemas que agitaban el vestuario, con Drenthe a la cabeza. Sin embargo, el equipo se desplomó y en la jornada 29 tocó fondo. "Cuando llegué no pensaba en el descenso, porque había equipo para hacer buena Liga", confesó ayer Trezeguet, uno de los más vilipendiados por la afición; "es una lástima que no hayamos podido cumplir con el objetivo".
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