"Después de jugar nos vamos a ensayar"
Los gemelos Bryan, la mejor pareja de la historia de dobles, forman también un grupo de música y ya piensan en el Estados Unidos-España de la Copa Davis
Es complicado diferenciar a los gemelos Bryan (California, Estados Unidos; 1978) mientras hablan. Parecidos como dos gotas de agua, visten igual y el tono de sus voces es similar. Sobre la pista de tenis, donde son los números uno del mundo en dobles, todo cambia. Bob es zurdo y tiene buen saque. Mike, en cambio, es diestro y se le da mejor restar. Esas características diferentes les permiten complementarse a la perfección y son su sello. Así dominan el circuito. Los polacos Mariusz Fyrstenberg y Marcin Matkowski lo han comprobado esta tarde: les han ganado por 6-3 y 6-4 y se han metido en las semifinales del dobles del Masters de Madrid. No es una novedad para los Bryan, que ya ganaron el torneo de la capital en esa modalidad en 2006, 2007 y 2010. Tampoco sorprende a nadie que los técnicos españoles sigan con especial interés sus partidos en la capital. En julio, Estados Unidos recibe a España en cuartos de la Copa Davis: "Desde que jugamos, España nos ha ganado dos veces y nosotros una. Queremos empatar eso", avisan. "El punto del dobles será clave".
"En esta modalidad, lo más importante es conocer bien a tu pareja. Nosotros tenemos ventaja porque somos hermanos y nos encanta jugar juntos". Mike habla en el gimnasio de la Caja Mágica mientras mueve las piernas sobre una bicicleta estática. Hace poco que ha acabado el partido, pero aparentemente conserva las fuerzas intactas. "Están extremadamente fuertes", dice su representante. El año pasado superaron en títulos a la recordada pareja australiana Woodbridge y Woodforde, los Woodies, que tenían 61. Ahora ya llevan 70, récord absoluto masculino, y solo les quedan nueve para igualar el récord de Navratilova y Shriver. No es la única marca que pueden superar a medio plazo: han ganado diez Grand Slam desde 2003 y están a solo uno de igualar en títulos a Woodbridge y Woodforde. Para ellos, sin embargo, todo eso es secundario. "No nos preocupa demasiado batir récords. Lo importante es ir poco a poco, torneo a torneo", explica Mike. Tampoco se consideran los mejores jugadores de dobles de la historia. "Eso es algo que deben decidir los fans. Nosotros solo peleamos por ser mejores cada día", asegura.
Buena parte del mérito de su éxito lo tienen sus padres, que les inculcaron la pasión por el tenis desde que tenían dos años. Su madre fue jugadora - disputó Wimbledon en cuatro ocasiones- y su padre era entrenador. "Toda la familia está muy contenta por nosotros. Además, como jugamos juntos, no existen los problemas que habría si nos enfrentáramos el uno contra el otro", recuerda Mike.
No muy lejos de donde se ejercita, su hermano Bob se entrena sobre una bicicleta dentro de una cámara de oxígeno puro. "Esa bola le encanta", explica su representante. Cuando sale, lo primero que hace es saludar a su hermano. Luego se pone a hablar de música. Los Bryan son miembros del grupo Bryan Brothers Band y los instrumentos son una de sus pasiones. "El deporte y la música se complementan a la perfección. Después de los partidos, tocas el bajo o el piano y relajas el cuerpo y la cabeza", explica.
Los Bryan levantan cierta expectación en las pistas de la Caja Mágica en las que se juegan los dobles, algo poco habitual. Los espectadores que hay en algunos partidos de esa modalidad se cuentan con los dedos de las manos. Aún así, el premio para el ganador no es nada despreciable: 180.000 euros. Los Bryan llevan cada uno casi ocho millones de dólares ganados en su carrera, casi 400.000 esta temporada. "La cobertura que hacen los medios del dobles podía ser mejor, pero las cosas van mejorando", sentencia Mike.
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