Sesma siempre tiene algo que decir

Jonathan Sesma (Fuerteventura; 1978) vivió el verano pasado su pesadilla particular. Tras descender con el Valladolid, el club pucelano no le renovó el contrato después de tres temporadas y hasta finales de agosto no fichó por el Córdoba, donde ya estuvo hace 10 años. Su salida del Valladolid fue bien polémica. Sesma aseguró durante el verano que el presidente del club pucelano, Carlos Suárez, le amenazó con que no volvería a jugar. Es de lo poco de lo que prefiere no hablar: "Eso es el pasado, discutimos y punto". Sobre todo lo demás, no calla; le encantan gastar bromas.

Sus excompañeros del Valladolid lo citan con cariño. "Ha sido una referencia que por circunstancias de la vida no siguió, pero se le recuerda como alguien importante", asegura Javi Baraja, capitán del club vallisoletano y que presenció la discusión entre Sesma y el presidente. "Es un tipo muy abierto, siempre estaba hablando, era imposible no escucharle, pero hacía mucho grupo", continúa Baraja. Sesma tiene respuesta para todo y no niega que le cueste tener la boca cerrada: "Quiero llevar alegría y no paro de gastar bromas a todo el mundo. Prefiero ser un pesado que un parado". Baraja también habla sobre su juego: "El estilo de Mendilibar le iba muy bien". "Joder, el estilo de Mendi", dice Sema cuando se le pregunta por su antiguo entrenador; "presionar, subir y bajar. Todo balón. Es muy parecido a Alcaraz [su entrenador en el Córdoba], que hace rendir más al jugador".

Lucas Alcaraz le preguntó al portero Raúl Navas por Sesma antes de ficharle en verano. Navas y Sesma compartieron vestuario en el Cádiz durante tres años y el arquero no dudo en recomendar su fichaje. "Fue uno de los jugadores que más me impresionó y su forma de jugar le venía muy bien al equipo", cuenta Navas. Al igual que cualquiera que habla de Sesma, también asegura: "Es un tío divertido y cachondo, siempre está de buen rollo a pesar de no jugar; se ríe de tu ropa y le saca punta a todo. Si tienes una bronca con él, a la media hora te está dando un abrazo e invitándote a comer, y lo mejor de todo es que él encaja mejor que nadie las bromas". Aunque con tono cariñoso, matiza: "Es hiperactivo y a veces es un sin vivir, sobre todo por las mañanas".

Pero la temporada no está siendo fácil para el medio canario. "Empecé bien pero he notado el haber hecho la pretemporada solo y encima me han fastidiado las lesiones", cuenta. Han sido varias las veces que Sesma ha tenido que quedarse en casa por culpa de problemas físicos: una rotura de fibras en el cuádriceps, un esguince de tobillo y otro de rodilla. Solo ha podido participar en 21 partidos, y ha perdido la opción de renovar automáticamente. Este año ha jugado tanto de interior zurdo, su posición natural, como de media punta. Pero el cuerpo técnico espera mucho de él. Jorge Ramírez, entrenador de porteros del Córdoba, que ya le conocía de su etapa anterior, no duda de la calidad de Sesma. "Ya hace 10 años la calidad que tenía era indiscutible, no triunfó aquí porque le faltó continuidad. Este año empezó muy bien, pero se ha encontrado con muchos problemas de lesiones. Es un jugador que aporta mucho, pero sin continuidad es complicado, sobre todo para un jugador tan físico como él. Le ha pesado la falta de pretemporada", afirma el preparador; "pero va a tener muchos minutos de aquí a final de temporada, tenemos muchas bajas y él está con ánimo de trabajar. Su papel en el equipo es importante, sobre todo por la experiencia que tiene".

"Lo primero que tenemos que hacer es asegurarnos la permanencia; cuando el equipo está relajado salen mejor las cosas", asegura Sesma. El Córdoba es 16º, a siete puntos del abismo de la Segunda División B. En la última jornada, quizá con todo ya resuelto, el equipo se mide con el Valladolid en Zorrilla. Quién sabe; quizá hasta le gaste una última broma al presidente del Valladolid, que pelea por los play-offs de ascenso.