Nada frena a Djokovic

Fue una muesca más en el revólver del serbio Novak Djokovic. El número dos del mundo venció 6-3 y 6-4 al sudafricano Anderson y extendió hasta 28 el número de victorias seguidas que suma desde que arrancó la temporada. Solo un hombre resiste la comparación en busca del mejor arranque de curso de la historia. John Big Mac McEnroe logró 39 victorias consecutivas en 1984.

Djokovic le persigue con la raqueta afilada y el cuerpo sometido a las vicisitudes de la temporada. Juega con una rodilla protegida por un vendaje. Compite apurando al máximo su flexibilidad incomparable. Hoy, en Madrid y ante una grada semidesierta, se dobló un tobillo y siguió jugando como si nada.

Anderson tenía argumentos para incomodar al tenista invencible. Hombre de servicio terrible, el sudafricano ya ganó al serbio en 2008 y le hizo sudar los suyo este mismo curso en Miami. La altura de Madrid, además, debía favorecer al gigantón, que jugó con decisión hasta que el número dos empezó a soltar mordiscos.

Al poco de iniciarse el partido, cada servicio del aspirante se convirtió en una odisea. Djokovic cabalgó impulsado por un tenis muy concreto, limpia la mente en la toma de las decisiones, sin entrar en los peloteos a los que supuestamente obliga la superficie. Poco a poco acumuló bolas de break. Presionó al sudafricano. Y Anderson, irremediablemente, acabó cediendo su servicio, igual que se derrite el cubito de hielo fuera del abrigo del frigorífico.

Djokovic jugará ahora contra Guillermo García López. Los técnicos subrayan la confianza que transmite su juego en la toma de decisiones. Quienes le conocen bien, la adrenalina que le generan los retos. Hoy, más que McEnroe, está Nadal. Djokovic, campeón tras remontar en el marcador al español en Indian Wells y Miami, busca demostrar en Madrid que no es solo un tenista de cemento. Sobre arcilla, asalta a Nadal y su reino.