Wembley y el círculo virtuoso
"¡Os debemos una y estos no fallan!", prometió Guardiola a la afición barcelonista hace un año tras caer ante el Inter de Mou
Se cierra el círculo virtuoso azulgrana. Wembley, allí donde el Barcelona tocó el cielo en 1992 de la mano de Johan Cruyff y con un jovencísimo Guardiola jugando de mediocentro, es el escenario al que regresará para intentar adjudicarse la Copa de Europa por cuarta vez. Hace un año, desde el césped del Camp Nou y cuando el Barça celebraba el título de Liga recién logrado, el entrenador del equipo, Guardiola, se lo prometió a la afición que llenaba el estadio: "Solo deciros que os debemos una. El sábado que viene deberíamos haber estado en un sitio y no lo conseguimos. Os debemos una... ¡Y estos no fallan!".
Aquel sábado al que se refería Guardiola era el sábado de la final del Bernabéu, la que enfrentó al Inter y el Bayern, la que ganó por 2-0 el equipo italiano, entonces dirigido por Mourinho, el mismo que en las semifinales había eliminado al Barça. Aquella derrota dejó huella en el conjunto catalán y también probablemente selló el fichaje del entrenador portugués por el Madrid, ansioso por destronar al Barça, que ha dominado en España y Europa en los últimos años.
El Barça no jugó aquella final del Bernabéu, pero con la que disputará el próximo día 28 en Wembley acumulará tres en las seis últimas temporadas y las dos anteriores las ganó. En 2006 fue en París contra el Arsenal (2-1), cuando el equipo de Ronaldinho y Eto'o era dirigido por Frank Rijkaard. En 2009, ya a las órdenes de Guardiola, los azulgrana derrotaron al Manchester United (2-0) en Roma. Precisamente el equipo de Ferguson, que hoy recibe al Schalke tras haber vencido por 0-2 en Alemania, se perfila de nuevo como rival de los azulgrana en la cita decisiva.
El Barça llega a su séptima final con el marchamo de los equipos triunfantes después de haberse quitado la espina de la semifinal que perdió ante el Madrid en 2000. Hasta aquella final de 1992 en Wembley ante el Sampdoria, al que ganó con un gol de Koeman en la prórroga, la máxima competición europea se le había resistido. No es de extrañar que, tras ella, Cruyff proclamara: "Es el día más importante en la historia del Barcelona para una afición que ha sufrido durante más de 90 años".
Antes, el Barça había disputado dos finales a cual más desgraciada. En 1961 perdió ante el Benfica por 3-2 en Berna -se calificó como la de los postes- y en 1986, en Sevilla, cayó en la tanda de penaltis ante el Steaua de Bucarest. Pero en 1992, en Wembley, el Barça inició una nueva era y, pese a que fue vapuleado por el Milan (4-0) en 1994, Londres marcó un punto de inflexión y validó una nueva forma de entender el juego de la que Guardiola se considera heredero. El Madrid suma nueve títulos, los cinco primeros de 1956 a 1960, el sexto en 1966 y el último en 2002, mientras que el Barça persigue el cuarto, camino de igualar al Ajax y el Bayern.
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