La policía escocesa intercepta una bomba enviada al entrenador del Celtic
El norirlandés y católico Neil Lennon ha sufrido numerosas amenazas y agresiones durante toda su carrera.- También fueron enviados explosivos a dos conocidos hinchas del club de Glasgow
El entrenador del Celtic de Glasgow, el norirlandés Neil Lennon, y otros dos conocidos hinchas del equipo escocés -la parlamentaria Trish Godman y el reputado abogado Paul McBride- fueron los objetivos del envío de tres paquetes bomba el mes pasado. Es el segundo paquete sospechoso que Lennon, católico que lleva años siendo víctima de amenazas y agresiones, recibe en menos pocos días. Los artefactos, de base líquida, habían sido diseñados para "matar o lisiar", pero, afortunadamente, no pudieron cumplir su misión. Los paquetes enviados a Lennon y McBride fueron interceptados antes de llegar a su destino. El de Godman fue recibido en su despacho, pero sus colaboradores lo consideraron sospechoso y alertaron a los cuerpos de seguridad. La noticia ha sido publicada ahora por varios medios británicos, a los que la policía solicitó que retuvieran temporalmente la información para no interferir en sus pesquisas.
La rudimentaria fabricación de los explosivos indicaría, según fuentes cercanas a la investigación, que los responsables no tienen entrenamiento paramilitar. Dato nada baladí a la hora de tratar de identificarles. Los investigadores creyeron en principio que se trataba de "engaños" dirigidos simplemente a asustar a los destinatarios, pero análisis más exhaustivos demostraron que eran "explosivos viables". Aunque podrían estar interviniendo agentes especiales antiterroristas en la investigación, la BBC ha informado de que no se trabaja sobre la hipótesis de que haya alguna organización terrorista vinculada.
El paquete dirigido a Lennon, de 39 años, fue enviado a los campos de entrenamiento que el Celtic tiene en Lennoxtown, aunque el servicio británico de correos lo interceptó el 26 de marzo. Dos días más tarde, llegó un artefacto similar al despacho de Godman, quien hasta hace poco fue diputada laborista y presidenta del Parlamento escocés. El destinatario del tercero, también interceptado antes de llegar a su destino, la facultad de abogados de Edimburgo, era McBride, un defensor muy famoso en Escocia y que representa al técnico del Celtic. También ha defendido al club en varias disputas con la federación escocesa.
El caso ha provocado una reacción inmediata en la clase política escocesa. El ministro principal, Alex Salmond, explicó ayer a través de un comunicado que el subcomité del Gobierno se reunió el pasado sábado de forma extraordinaria. Aseguró también que no se tolerará este tipo de crímenes en Escocia: "Que quede claro que hay una investigación policial de gran envergadura en curso para asegurar que la persona o las personas en cuestión son identificadas y detenidas, y llevadas ante la justicia con todo el rigor de la ley".
El factor religioso tiene un enorme peso en la rivalidad futbolística en Escocia, donde los aficionados católicos y protestantes se identifican, respectivamente, con Celtic y Rangers, los dos principales clubes del país. En demasiadas ocasiones, esa rivalidad, contagiada por el conflicto irlandés, supera los límites de lo razonable. De hecho, no es la primera vez que Lennon se enfrenta a un incidente de este tipo.
Sin ir más lejos, la policía está investigando otro paquete dirigido al entrenador que fue encontrado el 4 de marzo en una estafeta de correos, aunque no se ha confirmado que contuviera un explosivo. Y en enero, los cuerpos de seguridad interceptaron una carta con balas que alguien le envío, supuestamente, desde Irlanda del Norte. Lennon, partidario de la unificación de las dos Irlandas, abandonó su selección nacional en 2002, después de recibir una amenaza de muerte que fue atribuida a paramilitares lealistas, protestantes contrarios a la unión. Desde dos años antes, cuando empezó a jugar en las filas del Celtic, ya había recibido otras amenazas, y en 2010, cuando era segundo entrenador del club, le propinaron una paliza en las calles de Glasgow.
Los duelos entre Celtic y Rangers van siempre acompañados de fuertes tensiones entre sus hinchadas. El último derbi, un partido de Copa jugado el mes pasado, se saldó con 34 detenciones dentro del estadio de los católicos y otras 187 fuera del recinto. Además, Lennon protagonizó una pelea con un miembro del cuerpo técnico rival, lo que le costó una sanción de dos partidos. Su abogado, McBride, acusó entonces a la federación de ser "deshonesta" y "sesgada" con el Celtic. Los dos equipos se cruzarán por última vez esta temporada el próximo domingo en Ibrox Park, en un duelo decisivo en la lucha por el título liguero escocés. Antes, esta misma tarde, el Celtic visitará al Kilmarnock. Si gana, quedará a un solo punto de su eterno rival, con un partido menos.
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