"El futbolista no debería ser un ejemplo para la sociedad"
Le gusta tenerlo todo bajo control en un curso que tiene buena pinta, con el equipo en posiciones burguesas, de la Liga Europa. Tiene los últimos programas informáticos para analizar mejor a sus jugadores y sus características. Cámaras en el campo para observar desde su despacho los calentamientos de antes de los partidos. Horas y horas en la ciudad deportiva para tutelar a los más jóvenes. Charlas con todos los estamentos del Espanyol. El técnico Mauricio Pochettino (Murphy, Argentina; 1972) prefiere tener el fútbol atado. Y le va de maravilla, adorado por la afición, afianzado desde el inicio por la directiva y respetado por los jugadores. Es uno más de la familia periquita. Una persona en torno a un balón, con muchas inquietudes y opiniones para todo.
Pregunta. A los 16 años ya era central titular del Newell's bajo las órdenes de Bielsa. Una carrera extensa que completa ahora desde los banquillos. ¿Nada mejor que el fútbol?
Respuesta. El balón es algo muy especial, hasta el punto de que cambió mi destino para siempre. Lo importante, en cualquier caso, es ir aprendiendo, mejorando con cada experiencia.
P. ¿Y qué se cultiva en Argentina a través del balón que no se aprenda en España?
R. Puff... Hace tiempo podíamos decir que Argentina era campeona; ya no. Ahora España es la mejor de Europa y del mundo, el referente sobre el resto. Argentina se fija en España. Quizá la diferencia es que allí se consigue el instinto de supervivencia, a ser pillo.
P. ¿La pillería se aprende?
R. Creo que también influye el ambiente que envuelve a la persona. Ayuda el tener que ser listo para poder llegar antes, para tener privilegios, para mejorar la calidad de vida. El travieso en el campo afronta la vida con desparpajo y eso se nota en el campo.
P. Fuera del campo, sin embargo, Argentina parece un problema, quizá por exceso de pasión. Hace nada se mató a otra persona en el partido que medía a Vélez con San Lorenzo...
R. Eso no es pasión; excede de mucho lo racional. Es gente que va al campo a buscar problemas, que utilizan el fútbol para sacar lo peor que tienen dentro. No sé hasta que punto influye la crisis económica que sacude al país, pero algo tendrá que ver. El problema tendría solución si identificaran a esos delincuentes y no les dejarán entrar más a los campos. Pero me imagino que debe ser complicado.
P. ¿Es Cristina Kirchner la solución?
R. No lo sé. Leo de todo y la información, depende de qué medio se trate, está muy condicionada. Pero sí sé que soy argentino y que se escuchan quejas de la gente.
P. ¿Debería mejorar la educación?
R. Hace muchos años que no vivo allí y no sé cómo está ese aspecto, pero es algo vital. En tu familia debes promover la disciplina, pero los niños se pasan muchas horas en el colegio, delante de la televisión... Hay muchos inputs que pueden boicotear tus planteamientos familiares. Por eso hay que escoger bien el colegio, intentar que hagan deporte, que su grupo sea sano... Que sean felices aunque esa palabra no exista. Nunca es completa. Pero que se realicen, que hagan lo que sientan dentro.
P. ¿A qué le gustaría que se dedicaran sus hijos de mayores?
R. No les meto presión. Los niños no tienen obligaciones. Quiero que hagan lo que quieran. Si les gusta el fútbol pues fútbol. Pero lo mismo ocurre si prefieren la guitarra o la medicina.
P. ¿Cree que las máquinas, estilo PlayStation y Xbox, han hecho daño al fútbol porque se juega menos?
R. No lo creo. Yo veo a niños que persiguen a la pelota por las calles, en los patios... Pero sí que han estropeado la comunicación. A los niños les cuesta relacionarse, somos más individualistas. Ha cambiado la interrelación.
P. ¿Y cómo debe ser la comunicación del técnico con el jugador?
R. Fluida, sincera. Pero hay que dejar espacio al futbolista. Yo, por ejemplo, no soy de meterme en el vestuario. En el espacio del vestuario. Es una cosa santa para los jugadores. Dejo que exista una autogestión del espacio porque ya son maduros y hay que tratarles como tal. Creo que el entrenador tiene muchas responsabilidades, no solo tácticas o deportivas, sino que además debe ser docente, formador.
P. Entre otras cosas, porque el futbolista es un ejemplo para la sociedad.
R. No debería ser así, pero lo son. Es la repercusión mediática. Es lo que exige y demanda la sociedad. Hay que tener cuidado. Realmente, el fútbol es tan popular...Lo que hace un jugador tiene una trascendencia con unos niveles que superan lo normal. Pero la sociedad se mueve, genera ídolos. Aunque, del mismo modo, el fútbol es una plataforma sensacional para llegar a todo el mundo. No podemos evitar los desastres naturales, pero sí que podemos ayudar con según que actos, palabras. Esta parte es muy bonita.
P. Supongo que también lo debe ser entrenar al Espanyol, quizá el club de su vida, ¿no?
R. Sí. Llevo 17 años ligado a esta entidad. Me siento como uno más de la familia. Y más después de que mis hijos me transmitan sus sentimientos. Han vivido desde siempre el Espanyol; es su primera pasión y eso agiganta lo que uno siente.
P. Con las raíces en Barcelona y referente para muchos, ¿echa algo de menos de Argentina?
R. A mi familia. Pero el resto lo tengo todo cubierto. Aunque no descarto volver.
P. ¿Cuándo deje de entrenar?
R. Cuando eso ocurra, se acabará mi cita con la tierra.
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