Terol, el más listo

Nico Terol es, seguramente, el alumno más listo de la clase, el piloto más pillo de la parrilla. Jugó con su compañero de equipo, Héctor Faubel, que le siguió la broma toda la carrera hasta que perdió los papeles. El de Alcoy sumó su segunda carrera del año en dos grandes premios y, además, vio como se borraban del mapa todos sus rivales: Faubel (que terminó 11º), Cortese (sexto), Vázquez (noveno) y Gadea, que no terminó. Todos se cayeron. Todos sucumbieron ante el empuje del líder y las inclemencias del tiempo, todos cayeron en la trampa. Solo Terol decidió calmarse cuando más agua caía sobre la pista. Y usando más la cabeza que su muñeca derecha, con la que le da al gas, dio el golpe. Y eso que esto acaba de empezar.

Terol salía desde la segunda posición de la parrilla. Sandro Cortese le había arrebatado la pole. Pero eso no impidió que Terol marcara vuelta rápida al abrirse el telón y sacara 1,4 segundos a su perseguidor. En dos vueltas, llevaba 2,3s de ventaja. Pero su compañero en el taller del equipo Aspar, Héctor Faubel, se puso las pilas: marcó otra vuelta rápida y recortó distancias rodando casi ocho décimas más rápido para situarse a escasas tres décimas. Le dio caza. E incluso lo superó. Pero Terol no se despegaba de su colín. Había rebajado el puño cuando empezó a llover con más fuerza sobre el asfalto jerezano y tras salvar un par de sustos cuando rodaba solo y en cabeza. Estudió la pista tras la estela de su vecino de garaje. Y entre uno y otro impusieron un ritmo imposible para el resto. A falta de dos vueltas, Terol jugó sus cartas. Un adelantamiento limpio, por el interior, en una curva a derecha. Y en solo una vuelta ya le sacaba siete décimas. En su desesperación, Faubel se fue al suelo. Y para salvar el podio se fue desesperadamente a por su moto. Tan desesperadamente que se le cayó de las manos cuando ya se veía de nuevo en la pista. Perdió toda opción.

Pero el valenciano no fue el único que cometió errores. También los hicieron Maverick Viñales, un chico de 16 años, brillante y prometedor, con ganas de podio, que llegó a rodar tercero tras una serie de adelantamientos de vértigo y rodando al límite. Se llevó más de un susto. Y terminó abandonando por problemas mecánicos. Claro que se ganó la admiración del público por esa irreverencia tan magnífica en un circuito de velocidad. La misma que impulsa a otro novato adolescente, Miguel Oliveira, que se fue al suelo cuando iba en tercera posición. También le pudieron las ganas. Más sorprendentes fueron los errores de Cortese, Vázquez o Gadea, más experimentados y llamados a pelear con Terol, al menos, por acompañarle en el podio. Todos engordaron la lista de pilotos estrellados ayer bajo la lluvia en Jerez.