Obradovic se sale con la suya
El Panathinaikos remonta 16 puntos, ahoga el ataque del Regal Barça e iguala la serie
Zeljko Obradovic rió el último en el Palau Blaugrana. Ganó el Panathinaikos un partido que el Regal Barcelona había encarrilado con relativa autoridad. Si de algo puede presumir el entrenador serbio es de su sabiduría y capacidad para inculcar a sus equipos su determinación anímica y su astucia táctica. Cuando peor lo tuvo el Panathinaikos, dejado en la primera parte de la mano de Diamantidis, ciego todo el equipo ante del aro azulgrana, con 16 puntos de desventaja (28-12), fue cuando mejor se puso a jugar.
El Panathinaikos desencajó al Barça hasta el extremo de que Navarro cometió una falta técnica cuando su equipo ganaba por 57-51 y quedaban 13 segundos para el final del tercer cuarto. Fue el último impulso que necesitó el Panathinaikos para acabar de convencerse de que podía salirse con la suya. En esos 13 segundos se situó a un punto en el marcador, 57-56, y acabó de demacrar a un Barça que concluyó ese cuarto con un parcial de 19-28 y con la sensación de que todo volvía a empezar.
Barcelona 71-75 Panathinaikos
71 - Regal Barcelona (17+21+19+14): Ricky Rubio (6), Navarro (19), Anderson (11), Lorbek (7), Perovic (2) -cinco inicial-, Vázquez (11), Sada (-), Lakovic (5), Morris (-), Ingles (-), N'Dong (10) y Grimau (-).
75 - Panathinaikos (10+18+28+19): Diamantidis (17), Calathes (8), Sato (18), Fotsis (3), Vougioukas (-) -cinco inicial-, Batiste (14), Kaimakoglou (-), Nicholas (10), Perperoglou (-), Tsartsaris (4) y Maric (1).
Árbitros: G. Cerebuch (ITA), S. Dozai (CRO) y J. Zamojski (POL). Sin eliminados.
Incidencias: 7.319 espectadores asistieron al encuentro, segundo de la serie de cuartos de final, disputado en el Palau Blaugrana. EFE.
Y el reinicio se producía cuando sus constantes empezaban a ir a menos y cuando su rival estaba más entonado y más a gusto. Diamantidis, muy bien marcado por Ricky o por Sada, pasó de no anotar en todo el primer tiempo a sumar 14 de los 28 puntos de su escuadra en ese cuarto. Existió más de una falta en la acción protestada por Navarro, que le valió una técnica, pero en definitiva el mal ya estaba hecho y la protesta no hizo sino incrementarlo.
El Barcelona también se desajustó porque Ricky se fue animando por momentos, pero falló dos triples importantes, pese a que se encontraba en una buena posición. El ataque se hizo espeso, precipitado. Mientras, el Panathinaikos sumó a base de triples, con mención para un inspirado Sato que acertó en los cuatro primeros que intentó.
El Barça se fue hundiendo a base de fallar tiros desde la larga distancia. El Panathinakos ahogó el ataque azulgrana en el último cuarto, se hizo con ocho puntos de ventaja, 64-72, a falta de algo más de tres minutos y, a partir de ahí, manejó el desenlace. Navarro, a 23 segundos para la conclusión, estrechó el margen a un punto (71-72), pero los griegos jugaban ya con el viento a favor y, encima, Lakovic se precipitó con un último triple lanzado cuando todavía quedaban ocho segundos. Al Panathinaikos ya no le faltó otra cosa que rematar la faena.
El Regal Barcelona no podía recurrir a mejor receta para ganar el segundo partido que aplicarse la moraleja del primero: Diamantidis es el eje, el pilar, la esencia del Panathinaikos. Sobre esta premisa, plenamente consciente del daño que le había causado a su equipo, Xavi Pascual urdió un entramado defensivo que diluyó a la figura del Panathinaikos. Ricky Rubio potenció sus movimientos destinados a contener al diamante griego y sus compañeros se superaron en las labores destinadas a ayudarle. El Panathinaikos no se encontró a gusto, su ataque se colapsó. Perdió muchos balones y, cuando lanzó, lo hizo sin comodidad, sin precisión. Llegó a desperdiciar 17 de sus 21 primeros tiros.
Todo lo que limó atrás, le sirvió al Barça para percutir con más facilidad y precisión delante. Lakovic, Navarro y Vázquez se erigieron en los ejecutores de la mayor ventaja que acumuló su equipo: 28-12. Pero quedaba mucho partido. A Obradovic le quedaba toda la pizarra para dibujar; mucho genio y mucha labia para mover a su equipo y para presionar a los árbitros.
La defensa en zona mixta, con un jugador siempre enganchado a Navarro, encasquilló el ataque del Barça, por momentos apabullado, con un 0-9. con una última canasta de Batiste cuando las cartas ya estaban echadas. El Barça tendrá que ganar al menos un partido en Atenas si quiere estar en mayo en la final four que se disputará en el Palau Sant Jordi.
Pascual: "Nos han faltado al respeto"
Ha sido injusto. Se nos ha ido la cabeza, pero todo el mundo lo ha visto. En esa jugada, cuando quedaban unos segundos para el final del tercer cuarto, se han producido al menos dos faltas y no las han pitado. Era un momento decisivo en el que todos nos merecemos un respeto. Ha sido una acción determinante", clamó tras el partido Xavi Pascual. El entrenador del Regal Barcelona, por una vez, en contra de su proceder habitual, cargó contra los árbitros y planteó incluso un desafío: "A ver si son tan valientes allí". Allí es en Atenas, donde el Barcelona jugará el martes y el jueves de la próxima semana. "Estamos capacitados para conseguirlo, seguro. Sabemos jugar en campos complicados como ese y fuera de casa hemos sido capaces de jugar muy bien". Sobre la última acción fallada por Lakovic, Pascual indicó que no pudo pedir tiempo muerto para preparar la jugada porque ya había gastado los tres de los que tenía. "Se ha quedado con ventaja junto a Batiste y ha sentido que podía meterla. Ha sido una decisión valiente".
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