Una victoria con mucho carácter
El Valencia, de la mano de Cook, iguala la eliminatoria contra el Madrid
El Valencia, en un magnífico partido, logró su objetivo principal: robar una victoria a domicilio. La lideró el base Cook, enorme en todas las facetas del juego. Pero, por encima de los nombres, la clave estuvo en una actuación coral sobresaliente. Fue toda una demostración de carácter, ese concepto a veces tan difícil de evaluar y que, tratándose del equipo valenciano, ha sido puesto en duda en más de una ocasión por sus repetidos intentos fallidos de asaltar los habituales poderes del baloncesto español.
Está claro que algo ha cambiado desde la llegada de Pesic. Sin margen de error ante la amenaza de regresar a casa en coma casi irreversible, cuando peor le pintaban las cosas después de un corajudo arranque del Madrid en el tercer cuarto (43-35, minuto 22) y justamente después de perder altura y kilos con la cuarta falta de Lishchuk, el Valencia realizó 18 minutos casi impecables. Cook llamó a rebato con dos triples y el equipo siguió ciegamente a su director. Martínez, De Colo y Richardson combinaron inteligencia, fuerza y puntería respectivamente mientras Savanovic aunaba estas cualidades para que no faltase equilibrio. Cuarenta y seis puntos en 18 minutos cuando te estás jugando un sueño hablan por sí solos de la entereza física y mental que mostraron y que les llevó a una victoria merecida que convierte la eliminatoria en un engorro para el Madrid.
Real Madrid 75-81 Power Electronics Valencia
REAL MADRID: Prigioni (6), Llull (15), Suárez (5), Reyes (8), Tomic (6) -quinteto inicial-; Tucker (9), Fischer (6), Mirotic (7), Velickovic (7) y Vidal (3).
POWER ELECTRONICS: Cook (20), Martínez (12), Richardson (17), Savanovic (12) y Javtokas (4) -quinteto inicial-; De Colo (9), Navarro (-), Lishchuk (5) y Pietrus (2).
ÁRBITROS: Jose Martín (ESP), Christos Christodoulou (GRE) y Milivoje Jovcic (CRO). Sin eliminados.
PARCIALES: 19-17, 19-18, 16-24, 21-22.
PABELLÓN: Caja Mágica. 10.112 espectadores.
Como mandan los cánones, ambos conjuntos se emplearon en principio en tapar los agujeros mostrados en el primer acto. Sobre todo, el Valencia, que tenía claro que otra noche nefasta en el rebote le podía alejar casi definitivamente de la Final a Cuatro. Para ello, Pesic no dudó en dejar en el banquillo a Savanovic para poner en la pista a sus dos torres, Javtokas y Lishchuk. No le fue mal su apuesta. No solo por tapar la vía que le había condenado a la primera derrota, sino porque, si el martes fue Tomic quien se vio maniatado por las faltas, en esta ocasión el damnificado fue Felipe Reyes.
Aun así, y hasta el cambio de dinámica en el segundo tiempo, un Madrid más fluido y la aportación de jugadores hasta ahora casi inéditos como Tucker y hasta Velickovic obligaron al Valencia al siempre sufrido ejercicio de la goma. Afortunadamente para sus intereses, encontró en varias ocasiones en las manos de Cook la forma de que no se rompiese.
Cuando el Valencia entró en ignición, el Madrid aguantó con entereza casi hasta el final (72-71 a falta de tres minutos). A cada canasta contestaba con otra, por lo que el encuentro pasó por momentos de gran belleza. En estos tiempos tan rácanos con el marcador, era toda una gozada ver expresarse el talento de Llull, Prigioni, Martínez y Savanovic. Pero, mientras el Valencia mantenía un equilibrio aprovechando a cuatro jugadores muy enchufados, al Madrid le faltó personal que se sumase a lo que estaban haciendo sus dos bases. Mirotic, aunque lo intentó, no resolvió esta vez y se echó mucho de menos un solvente partido de Tomic.
La eliminatoria se va vivita y coleando a Valencia. Igualada a victorias, pero con el Power más reforzado. No solo por lograr un triunfo en Madrid, sino también porque lo consiguió con un ejercicio muy satisfactorio. Una victoria con mucho carácter.
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