Una victoria desestresante
El Madrid arrolla al débil Meridiano Alicante en un partido plácido tras días de agitación
El calendario ofreció una tregua al Madrid tras días convulsos. El grupo de Molin se impuso con comodidad al Meridiano Alicante en un partido que sirvió al técnico para repartir minutos y al equipo para ganar en confianza de cara al próximo desafío europeo.
Se enfrentaban dos de las tres mejores defensas del campeonato con permiso del Barcelona. El Meridiano es segundo en esa estadística con 69,8 puntos de media; el Madrid, tercero con 70. La diferencia es que los de Txus Vidorreta son también el segundo peor ataque de la ACB con 66,8 puntos por encuentro por los 77 del Madrid. Además, el conjunto alicantino llegaba en cuadro a la Caja Mágica con las bajas de Cazorla, Hasbrouck y Rancik (este último con una tromboflebitis en la pierna izquierda). Demasiados problemas. Una montaña imposible de escalar para los visitantes. Se cumplió el guión previsto.
REAL MADRID 80 - ALICANTE 62
Real Madrid (21+21+18+20): Tomic (12), Prigioni (2), Reyes (9), Suárez (4) y Llull (11) -equipo inicial-, Mirotic (12), Rodríguez (9), Vidal (3), Begic (12), Fischer (6) y Tucker.
Meridiano Alicante (17+11+9+25): Heurtel (3), Llompart (9), Andriuskevicius (4), Doellman (15) y Stojic (8) -equipo inicial-, Rejón (2), Urtasun (6), Weigand, Guardia y Popovic (15).
Arbitros: Antonio Conde, Vicente Bultó y Sánchez M. Eliminaron por cinco personales a Rejón (min. 33).
Incidencias: Partido correspondiente a la 25Aª jornada de Liga disputado en la Caja Mágica de Madrid ante 4.996 espectadores. Antes del comienzo se guardó un minuto de silencio en memoria de las víctimas del terremoto de Japón.
El arranque del partido refrendó la diferencia entre el segundo clasificado y el antepenúltimo. Tomic y Reyes se adueñaron de la pintura y Suárez y Llull acompañaron desde el perímetro hasta firmar un parcial de 14-5 que anunciaba una plácida mañana después de varios días de agitación. Así fue. Ni los centímetros de Andiuskevicius, ni la muñeca de Stojic, ni la meritoria actuación del recién llegado Popovic fueron argumentos suficientes para que los alicantinos repitieran la machada de la primera vuelta cuando, en uno de los petardazos del entonces conjunto de Messina, el Meridiano se impuso 78-67 en Alicante en el duelo que enfrentó al entonces líder invicto contra el colista.
Ante un escenario tan propicio y un rival tan endeble, los blancos decidieron darse un baño de autoconfianza. Solo el desatino de Tucker, negado en el tiro (0 de 5), empañó la rotación del sobrio Molin que sumó su tercera victoria consecutiva al frente del equipo. La distancia entre ambos equipos era infinita. No había tensión competitiva y la diferencia en los rebotes, 39-23 a favor de los blancos, certificó el dominio de los locales en ambos tableros. La diferencia en el marcador crecía por pura inercia (42-28 al descanso).
Un partido muy cómodo para el Madrid. El mejor reconstituyente después del sofocón del pasado jueves cuando el equipo blanco necesitó de una prórroga para imponerse al Lagún Aron. La mejor terapia para un grupo sacudido en su autoestima que presenta mejor escenario que sensaciones. Hubo minutos para todos, salvo para Velickovic que prolonga su enigmática situación también con Molin. Mirotic tuvo tiempo para acreditar sus irrefrenables progresos, Vidal para sentirse partícipe, Begic para despejar alguna incógnita y Sergio Rodríguez para desempolvar su catálogo de asistencias NBA. El Meridiano fue un juguete en manos del Madrid y el partido, una sesión de entrenamiento con público. Poco, eso sí. Apenas 5.000 espectadores, menos críticos y revoltosos que la pasada semana que vivieron una plácida mañana en la Caja Mágica.
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