La F-1 apunta hacia Australia

La próxima vez que los pilotos de fórmula 1 se vuelvan a subir a sus respectivos monoplazas será para afrontar la primera sesión de ensayos del Gran Premio de Australia, el próximo viernes día 25, en menos de dos semanas. La pretemporada ha concluido esta tarde en Montmeló y la última jornada no ha sido, ni mucho menos, tan resolutiva como cabía esperar de entrada, debido a la tremenda tromba de agua que ha caído durante todo el día. De los cinco pilotos que han salido a la pista, los que más vueltas han dado han sido Nico Rosberg (35 vueltas) y Lewis Hamilton (33). El piloto alemán de Mercedes fue el más rápido (un minuto y 43,8 segundos). Tras completar ayer 141 giros, con simulacro de carrera incluido, Fernando Alonso se ha limitado a dar cinco vueltas para comprobar la resistencia de su bólido al agua, ha parado para comer y ya no ha vuelto a enfundarse el mono.

"Con esta lluvia hemos replicado las condiciones de lluvia que el año pasado se dieron en algunas carreras, como en Corea, donde arrancamos detrás del coche de seguridad", ha comentado Alonso. "Estas pruebas van bien para comprobar si entra agua en el suelo del coche o en el KERS [el sistema de recuperación de energía cinética que se ha reimplantado este curso]. Nosotros estamos preparados para cuando llueva fuerte como hoy", ha argumentado el piloto de Ferrari.

La caravana de la F-1 ya ha comenzado a embalar el equipaje para trasladarlo a Australia, donde se desvelarán todas las incógnitas. Si Red Bull es tan superior al resto cómo parece, si Ferrari está más o menos a su altura y si el salto de calidad que Mercedes dejó entrever ayer va en serio (con los coches cargados de gasolina) o es un farol. "Qué más quisiera que poder responder a esas preguntas con certeza", resoplaba Alonso hace un rato, ya vestido de calle, antes de abandonar Montmeló.