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Armand Carabén, el alma del mejor Barça

Hoy hace 10 años nos dejó un hombre culto, un referente para toda una generación, un dinamizador cultural de primer orden, un faro para todos aquellos que nos sentimos educados en el catalanismo y el barcelonismo. Nos dejó Armand Carabén, un amigo que inspiró las actuaciones de un grupo de jóvenes que un día soñamos con recuperar las esencias de la Catalunya més que un club. Alrededor de Armand como eje aglutinador —Carabén me mostró mejor que nadie que sumar voluntades es sinónimo de éxito— nos reuníamos para escucharle, para beber de sus fuentes y de sus amplios conocimientos en cuestiones de país y de Barça. De aquellas reuniones en su despacho de la calle del Consell de Cent nació el Elefant Blau, un grupo de barcelonistas disconformes con la dinámica institucional que estaba siguiendo nuestro amado club. Sintonizamos desde el primer momento pues coincidíamos en la misma idea de lo que significaba el Barça para Cataluña. De la vida. También compartíamos admiración por lo que es y lo que representa Johan Cruyff, el astro holandés que Carabén se trajo de Ámsterdam a Barcelona en 1973 cuando era secretario de la junta de Montal, aquel holandés que nos hizo tan felices y que nos hizo a todos un poco mejores.

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Definiría a Armand como un hombre libre en el mejor sentido de la palabra. Solo se casaba con sus ideas aunque escuchaba las de todo el mundo. Fue el dialogante y dialogador que más supo escuchar y más entendió a aquel grupo de jóvenes inquietos con las cuestiones que afectaban al Barça y a Cataluña. De hecho, él fue siempre el más joven, en espíritu, de todos. Y una de las personas con quien más he reído: su agudo sentido del humor era excepcional. Junto a mi padre, fue la persona que más me influyó en una parte decisiva de mi vida, los años anteriores a la presidencia del Barça y en los siete que tuve el honor de presidir el mejor club del mundo. Lloré su marcha hace 10 años. Lloramos muchos. Lloró Cruyff. Lloró el barcelonismo. Se nos fue una mente abierta y civilizada, un consejero amigo que estuvo conmigo en los momentos de máxima intensidad del Elefant Blau, en los instantes alegres y en algunos más amargos. Se quedaron para siempre con nosotros sus consejos, su capacidad de aglutinar ideas, su humanidad. Y también su amada esposa Marjolijn y sus queridos hijos Armand, David y Jofre.

A Carabén le debemos en buena parte el momento glorioso del Barça contemporáneo. Su apuesta por un club catalán abierto al mundo, solidario y con un estilo de juego inspirado por Johan Cruyff es la realidad del Barça actual, del mejor Barça de todos los tiempos. Lo recordé especialmente el día de la toma de posesión como presidente del Barça. Me emocioné recordando su ausencia como me emociono escribiendo estas líneas. Fue la primera persona que me animó a presentarme a presidir nuestro club. Le agradezco su confianza. Gestioné el club con la máxima honestidad y siempre pensando en los valores que nos transmitió en aquellos momentos inolvidables en el Capitán Hook. Los mejores años de nuestras vidas, del mejor Barça, se los dedicó a él. Gràcies, Armand.

Joan Laporta, presidente del FC Barcelona (2003-2010).

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