De periodista a futbolista profesional
Hauke Brückner, con 31 años, tiene la oportunidad de debutar en la Primera División alemana con el St. Pauli, club en el que trabajaba como empleado de prensa hasta hace 10 días
Hauke Brückner cumplió, el pasado lunes 28 de febrero, 31 años. Dos días antes estaba sentado, por primera vez en su vida, en un banquillo durante un partido de la Bundesliga. No debutó al final y tuvo que conformarse con ver a su equipo, el St. Pauli de Hamburgo, perder 1-0 frente al Hannover. Los focos estaban todos sobre él, que hasta tres días antes trabajaba en el sector de prensa del club alemán. Solía hacer entrevistas para la web a los jugadores con los que ahora comparte vestuario. "Era una de mis responsabilidades. Además, escribía noticias para nuestra web y artículos para la revista que se distribuye en el estadio. También soy responsable de contestar a cualquier petición estrafalaria que llegue a nuestro club", relata Brückner a EL PAÍS.
Mañana el destino le deparará una segunda oportunidad. Esta vez se sentará con los suplentes en el estadio del Nüremberg. Una oportunidad tardía en el mundo del fútbol, más en el alemán, donde el equipo que está dominando la liga, el Borussia Dortmund, machacó la semana pasada a domicilio el Bayern de Robben y Ribery con un equipo de 22,3 años de media. Sin embargo el técnico del St. Pauli, Holger Stanislawski, quiso apostar por él en el momento en el que cuatro defensas de su equipo se lesionaron al mismo tiempo. "Tenía que reajustar la defensa y no había tiempo para dar una ocasión a un joven de la cantera. Necesitábamos alguien con experiencia", afirma el técnico.
La experiencia de la que habla Stanislawski, Brückner la fraguó en campos de Segunda, Tercera y Cuarta División alemana, antes con la camiseta del St. Pauli, que ya la vistió desde 2002 hasta 2007, y luego con la del Holstein Kiel, equipo de una ciudad aún más al norte que Hamburgo, en la orilla del Mar Báltico. "Sé que puedo contar con él al 100%", por lo que vi cuando jugué con él, y porque empecé siendo su entrenador", afirma Stanislawski.
El técnico coincidió con él en el campo durante dos temporadas con el St. Pauli, cuando el club pasó de la Segunda a la Tecera Divisón (2002-2004). De vuelta de Kiel, esta temporada, Brückner volvió a jugar con el segundo equipo del St. Pauli, en la Oberliga (la división regional) y empezó a colaborar con el organigrama del club en la sección de prensa. Hasta el jueves pasado, cuando le llegó la llamada de su nuevo, o mejor dicho, antiguo técnico. "Camino al trabajo, vi la pantalla de mi móvil y solo pensé que el entrenador quería cancelar la cita con los aficionados para la firma de los pósters del club. Pero cuando contesté, me dijo que me fuera al campo porque muchos defensas no estaban disponibles para el partido del sábado. Solo le dije que llegaría en pocos minutos y así lo hice".
Brückner recuerda con cariño sus años con el primer equipo del St. Pauli en las categorías inferiores. "Fue un periodo estupendo. Recuerdo una serie de partidos increíbles en el Millerntor Stadium (campo del St. Pauli), los encuentros de Copa frente al Werder Bremen o el Bayern de Múnich y, por supuesto, el duelo ante el Dínamo Dresden que nos permitió subir a Segunda". Después de aquel partido, en mayo de 2007, Brükner se fue a Kiel, a jugar la liga regional, alejándose un paso más del sueño que tenía cuando debutó con el St. Pauli, con 21 años. "Esperaba convertirme en un futbolista famoso de la Bundesliga. Desafortunadamente, bajamos de categoría dos años consecutivos en 2002 y 2003, así que nos quedamos en Tercera y no pude lograr mi objetivo", recuerda.
Su sueño se fue encogiendo con los años, pero cuando ya no parecía posible, el destino le ha dado otra posibilidad. El periodismo puede esperar un rato más. "Hauke es testarudo, en el sentido bueno de la palabra. Nunca tira la toalla y vive plenamente el sentimiento St. Pauli", dice del defensa el técnico Stanislawski. Hoy, frente al Nüremberg, Brükner volverá a sentarse cerca de su entrenador, a la espera de que este le diga que caliente en la banda. El equipo, con 28 puntos, va cuatro por arriba del descenso y no puede permitirse otro paso en falso. "La cuestión no es que yo debute o no. Lo importante es que el equipo siga en la Bundesliga", afirma Brükner. "Pero esto es alucinante".
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