El abatimiento de Julio César

Julio César volvió a su casa andando tras la derrota contra el Bayern en Liga de Campeones. El portero del Inter vive muy cerca del estadio y se aprovechó de la muchedumbre para pasar desapercibido. Y reflexionar sobre su error. La pifia que, en el último minuto, permitió a los alemanes salir de San Siro con un gol de ventaja. Por eso, justo después de que acabara el partido, se acercó al fondo de los ultras y pidió disculpas. "No creo que hiciese falta, cuando se encaja un gol el error es de todos. Además, cada partido tiene su historia y yo estoy satisfecho con el sacrificio del equipo, incluido el suyo", le defendió Leonardo.

En ese caso, el error sí fue del meta. Era el minuto 90 y Julio César no consiguió bloquear un disparo de Robben. Mario Gómez llegó al rechazo. Tiro y gol. Mientras todos los jugadores del Bayern se abrazaban y Zanetti intentaba animar a los suyos, el brasileño se quedó tirado en el suelo. Era la misma imagen que protagonizó en Sudáfrica durante el Mundial.

En el partido de los cuartos de final contra Holanda, chocó contra Felipe Melo mientras salía a despejar un córner y la jugada acabó en propia meta. Fue el gol del empate de la orange, que finalmente acabó ganando 2-1. Julio César apareció esa noche bañado en lágrimas por la zona mixta. "Fue un cortocircuito. Pero yo fallé. Dudé en la salida y el balón pegó en la cabeza de Felipe Melo", comentó. De vuelta a Milán, ya terminadas las vacaciones, reconoció que estuvo un par de semanas sin salir de casa.

El año pasado el brasileño fue una de las piezas claves del Inter de Mourinho, que ganó Liga, Copa y Champions. Tanto en San Siro y en el Camp Nou contra el Barça como en la final en el Bernabéu contra el Bayern, precisamente. Salvó a su equipo en dos ocasiones. Ironías del destino, tras dos disparos de Robben. Nueve meses después de aquella final, fue el protagonista pero negativo. Y volvió a casa andando. Consciente quizás de haber comprometido el pase a cuartos de final del Inter. El conjunto de Leonardo tendrá ahora que remontar un 0-1 en casa del Bayern.

El técnico apeló, para eso, al optimismo y al carácter de Zanetti y Eto'o. Se le olvidó citar a Julio César. El meta, que estuvo más de un mes lesionado, forzó para volver a mediados de enero. "Me estaba volviendo loco sin jugar. Cuando estás lesionados acabas haciendo cosas tan raras como hablar con tus músculos", dijo. Ahora se centra en la portería.