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El ladrón del ritmo

Nadal gana a Tomic, que llegó a dominarle 4-0 gracias a su apuesta táctica

A los 18 años, Bernard Tomic, el número 199, un chico mal aconsejado, de boca caliente, dejó alguna lección de cómo hay que jugarle al número uno del mundo. El australiano perdió 6-2, 7-5 y 6-3 en la tercera ronda del Abierto de Australia contra Rafael Nadal, empapadísimo en sudor, pero dejó para el recuerdo todo un manual de recursos tácticos que seguramente copiará más de uno. Tomic no pegó dos pelotas iguales seguidas. Varió alturas, velocidades y pesos. Alternó la potencia con la sutileza. Nunca dejó que Nadal cogiera ritmo, que se hiciera a la línea de fondo, y solo su juventud, su inexperiencia, transformadas en fallos lastimosos (49 errores no forzados por 32 de Nadal), le privaron de mejor resultado en el partido: llegó a mandar por 4-0 en la segunda manga de un partido de verdad raro.

Tacto y sensibilidad

Tomic demostró un tacto y una sensibilidad con la raqueta de los que se echan de menos en el circuito. Hizo recuperaciones que solo se entienden desde el talento. Ocupó los espacios con sentido, siempre bien colocado. Nunca, ni cuando el marcador era irrecuperable, le perdió la cara al partido. También dejó borrones incuestionables: Nadal, que ahora jugará con el croata Cilic, tuvo pelota de break en cada uno de sus servicios de la primera manga, y estiró la estadística hasta las 19. Hubo tramos en los que el aspirante estuvo desconectado. Al final de la noche australiana, sin embargo, primó la sensación de que el número uno se había librado de un problema, de que Tomic tiene tenis para entrar ya de lleno en el profesionalismo. Su combinación de zambombazos con golpes sin fuerza, de estacazos con reveses cortados, acabó robándole el ritmo al número uno.

El australiano juega con elasticidad, como si los movimientos más complicados fueran para él extremadamente sencillos. Supo montarse sobre el picado alto de la pelota de Nadal. Aprovechó sus centímetros para golpear de arriba abajo. Abusó de las florituras, y dejó un doble mensaje. Tomic vale para esto...y para atacar a Nadal, desdibujado, empapado en sudor y atrapado con el servicio, lo mejor es pinchar la bola y que no pueda pegar dos tiros iguales seguidos.

Nadal durante el partido con Tomic.
Nadal durante el partido con Tomic.REUTERS

"He perdido dos kilos y medio"

Nadal se mostró preocupado después del partido por el cansancio "mayor al habitual". El español achaca esta circunstancia a las secuelas del virus que contrajo en Doha, donde disputó su primer torneo oficial de la temporada y que propició su derrota ante el ruso Nikolay Davydenko en semifinales. "Estoy algo más cansado y sudo un poco más de lo habitual. Me he cambiado cinco o seis veces de camiseta y no hacía tanto calor. He perdido dos kilos y medio y yo no suelo perder peso en los partidos. Deben ser secuelas aún de la enfermedad que cogí en Doha", reconoció el número uno del mundo.

Nadal se mostró preocupado porque se cansa entrenando. "Cuando me muevo con ansiedad suelo sudar más. Pero lo preocupante es que me estoy cansando entrenando y ahí no tengo ningún tipo de ansiedad", dijo. El jugador balear apuntó que había sido sometido a análisis de todo tipo en Doha, "al día siguiente del partido con Davydenko y todo salió normal. Veremos".

Sobre el partido ha señalado: "No he jugado bien. He jugado corto. He estado bien a ratos", reconoció Nadal, que también asumió que el saque no había estado al nivel de las últimas ocasiones. "He sacado mal. He bajado la potencia un poco para ganar en precisión. Esa es la verdad. El otro día saqué mejor y hoy peor".

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